
Mejorar la audición en adultos mayores exige diagnóstico preciso: en casos leves funcionan audífonos, pero en pérdidas severas los implantes cocleares son clave.
El primer paso: localizar el problema
La salud auditiva en adultos mayores comienza con un diagnóstico claro: ¿el daño está en el oído externo, medio o interno? Ésa es la pregunta que define el camino.
Las afecciones en el oído externo o medio suelen tratarse con relativa facilidad. Pero cuando el problema se ubica en el oído interno, la solución casi siempre requiere apoyo tecnológico: auxiliares auditivos o implantes cocleares.
“El análisis inicial es vital, porque nos permite identificar con precisión el origen del problema”, explica Dr. Gonzalo Corvera, Director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C., pionero en México en salud auditiva.
Auxiliares auditivos: opción para pérdidas leves o moderadas
Los auxiliares auditivos son pequeños aparatos que amplifican los sonidos. Son discretos, cómodos y suelen ser más accesibles en precio. Están pensados para personas con hipoacusia leve o moderada.
“Estos dispositivos complementan la función del oído natural al captar mejor los sonidos del entorno. Sin embargo, cuando la pérdida es severa o profunda, no logran facilitar la comprensión del lenguaje hablado”, detalla el especialista.
Implantes cocleares: alternativa para casos severos
Cuando la pérdida auditiva es severa o profunda, los auxiliares auditivos no son suficientes. Aquí entran los implantes cocleares, dispositivos electrónicos que sustituyen la función del oído interno y se colocan mediante cirugía.
“Los implantes cocleares transforman los sonidos en impulsos eléctricos que estimulan directamente el nervio auditivo. Esto mejora la claridad de los sonidos y permite comprender mejor el habla”, agrega el Dr. Corvera.
Decisión personalizada
La elección entre audífonos o implantes cocleares no es automática. Cada caso requiere una valoración clínica completa que tome en cuenta el grado de pérdida auditiva, las necesidades de la persona y su estilo de vida.
La clave está en acudir a una clínica especializada en neuro-otología, donde la experiencia y la tecnología permiten definir la mejor estrategia para recuperar una audición funcional.