
Cada vez más personas en todo el mundo son diagnosticadas con algún grado de pérdida de audición, lo que genera un problema de salud pública. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.5 mil millones de personas viven con algún grado de pérdida auditiva, y para el año 2050 se estima que 1 de cada 4 padecerá esta afección. Por ello, cada 3 de marzo se conmemora el Día Mundial del Cuidado del Oído y la Audición.
Diversos factores pueden generar pérdida auditiva, como la predisposición genética, las infecciones, los traumatismos, la exposición al ruido y el tabaquismo. Sin embargo, la diabetes también se ha identificado como un factor clave, ya que quienes viven con esta enfermedad presentan un riesgo aún mayor de desarrollar problemas de audición.
“Estudios señalan que las personas con diabetes tienen el doble de probabilidades de presentar complicaciones auditivas en comparación con quienes no la padecen, porque el exceso de glucosa en la sangre puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios del oído interno”, destaca el Dr. Gonzalo Corvera, director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C. (IMON), organización con gran experiencia en la salud auditiva de México.
En el caso de la diabetes tipo 1, se ha encontrado un vínculo genético con la pérdida auditiva neurosensorial, haciendo que los pacientes de mayor edad sean más propensos a una disminución en su capacidad de oír. Por su parte, en la diabetes tipo 2 no se ha detectado un factor genético claro, pero el control inadecuado de los niveles de azúcar en la sangre también aumenta el riesgo de pérdida auditiva.
El mejor tratamiento para prevenir el deterioro auditivo en pacientes diabéticos es el control óptimo de la glucosa en la sangre y la vigilancia periódica de la audición. Cuando el daño ya está instaurado, los auxiliares auditivos pueden ser de ayuda, pero no restablecen la audición normal. De ahí la importancia de una detección temprana y de medidas enérgicas de prevención para evitar un deterioro más acelerado.
En 2025 se prevé un incremento en los casos de pérdida auditiva asociada a la diabetes, especialmente por el envejecimiento de la población y el aumento de la diabetes tipo 2. Se anticipa que los avances en audífonos inteligentes y dispositivos de monitoreo continuo de glucosa ofrezcan soluciones más personalizadas, facilitando un cuidado integral tanto de la diabetes como de la salud auditiva.