Discurso sin sustancia: la revalorización docente que el presupuesto no respalda

Aunque la SEP lanza una consulta nacional para rediseñar la formación docente, el PPEF 2026 apenas asigna menos de 100 pesos por maestro, lo que condena las promesas a letra muerta.


El anuncio: consulta nacional y “nuevo sistema” docente

La Secretaría de Educación Pública (SEP) ha dado a conocer que entre octubre de 2025 y marzo de 2026 se llevará a cabo una consulta nacional donde el magisterio votará las características de un nuevo “sistema integral de formación, capacitación y actualización”. Este modelo reemplazaría a la USICAMM (Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros) y pretende fortalecer los Consejos Técnicos Escolares como espacios colegiados de colaboración.

La intención, en el discurso institucional, es clara: revalorizar al magisterio mediante una política de profesionalización más participativa.

Sin embargo, las cifras del presupuesto proyectado para 2026 revelan una contradicción difícil de soslayar.


El presupuesto detrás del discurso

El análisis técnico de Mexicanos Primero al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2026 muestra que la asignación para la formación continua docente es prácticamente simbólica:

  • Se proyectan 91.50 pesos anuales por maestro de educación básica.
  • Para los aproximadamente 320 mil docentes de nivel medio superior, se estiman 77 pesos por maestro.
  • En términos reales, el Programa para el Desarrollo Profesional Docente (PRODEP) ha sufrido casi una caída del 90 % en una década para el nivel básico.
  • La USICAMM, cuya misión es fortalecer la carrera docente desde 2019, ha visto una reducción presupuestaria de más del 99 % desde 2020.

El efecto es que, cuando concluya la consulta y se definan los programas de formación continua, solo 4 de cada 100 maestros podrían acceder a las distintas opciones previstas por falta de recursos.

En el Plan Sectorial de Educación 2025-2030 también se reconoce la necesidad de “fortalecer el papel de maestras y maestros como agentes de cambio”; sin embargo, de los 547.5 mil millones de pesos propuestos para educación en 2026, el 91 % se concentra en el FONE (pago de nómina), dejando sin recursos específicos las estrategias de formación continua.

En suma, más que revalorizar, el presupuesto proyectado parece desligarse de las exigencias pedagógicas: se crean protocolos y demandas de competencias, pero no se dota al magisterio de los recursos mínimos para responder.


Contradicciones: discurso contra realidad

La paradoja es notoria:

  1. Se exige la actualización docente para responder a la Nueva Escuela Mexicana, al nuevo Sistema Nacional de Bachillerato, a la incorporación de tecnologías, etc.
  2. Pero la inversión para hacerlo es irrisoria, insuficiente incluso para cubrir cursos básicos de formación continua.
  3. El PRODEP, pieza central de la política de profesionalización, arrastra coberturas mínimas que no guardan relación con los retos curriculares en marcha.
  4. La burocracia institucional (USICAMM) pierde sustancia presupuestaria, hasta quedar convertida en un símbolo sin músculo operativo.

En otras palabras: se diseñan reformas, se hacen consultas, se cambian nombres, pero el presupuesto sugiere que esas acciones quedan en el papel.


La encrucijada legislativa y la urgencia de corrección

Frente a este panorama, Mexicanos Primero plantea un llamado claro: que los legisladores modifiquen el PPEF 2026 en el proceso de aprobación para garantizar una política real de profesionalización docente.

Si no hay un rediseño presupuestal que acompañe las promesas de discurso, el presupuesto servirá para respaldar “promesas en papel” que terminarán por debilitar el derecho al aprendizaje de niñas, niños y jóvenes.


Discurso sin sustancia: la revalorización docente que el presupuesto no respalda

Sumario: Aunque la SEP lanza una consulta nacional para rediseñar la formación docente, el PPEF 2026 apenas asigna menos de 100 pesos por maestro, lo que condena las promesas a letra muerta.


El anuncio: consulta nacional y “nuevo sistema” docente

La Secretaría de Educación Pública (SEP) ha dado a conocer que entre octubre de 2025 y marzo de 2026 se llevará a cabo una consulta nacional donde el magisterio votará las características de un nuevo “sistema integral de formación, capacitación y actualización”. Este modelo reemplazaría a la USICAMM (Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros) y pretende fortalecer los Consejos Técnicos Escolares como espacios colegiados de colaboración.

La intención, en el discurso institucional, es clara: revalorizar al magisterio mediante una política de profesionalización más participativa.

Sin embargo, las cifras del presupuesto proyectado para 2026 revelan una contradicción difícil de soslayar.


El presupuesto detrás del discurso

El análisis técnico de Mexicanos Primero al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2026 muestra que la asignación para la formación continua docente es prácticamente simbólica:

  • Se proyectan 91.50 pesos anuales por maestro de educación básica.
  • Para los aproximadamente 320 mil docentes de nivel medio superior, se estiman 77 pesos por maestro.
  • En términos reales, el Programa para el Desarrollo Profesional Docente (PRODEP) ha sufrido casi una caída del 90 % en una década para el nivel básico.
  • La USICAMM, cuya misión es fortalecer la carrera docente desde 2019, ha visto una reducción presupuestaria de más del 99 % desde 2020.

El efecto es que, cuando concluya la consulta y se definan los programas de formación continua, solo 4 de cada 100 maestros podrían acceder a las distintas opciones previstas por falta de recursos.

En el Plan Sectorial de Educación 2025-2030 también se reconoce la necesidad de “fortalecer el papel de maestras y maestros como agentes de cambio”; sin embargo, de los 547.5 mil millones de pesos propuestos para educación en 2026, el 91 % se concentra en el FONE (pago de nómina), dejando sin recursos específicos las estrategias de formación continua.

En suma, más que revalorizar, el presupuesto proyectado parece desligarse de las exigencias pedagógicas: se crean protocolos y demandas de competencias, pero no se dota al magisterio de los recursos mínimos para responder.


Contradicciones: discurso frente a la realidad

La paradoja es notoria:

  1. Se exige la actualización docente para responder a la Nueva Escuela Mexicana, al nuevo Sistema Nacional de Bachillerato, a la incorporación de tecnologías, etc.
  2. Pero la inversión para hacerlo es irrisoria, insuficiente incluso para cubrir cursos básicos de formación continua.
  3. El PRODEP, pieza central de la política de profesionalización, arrastra coberturas mínimas que no guardan relación con los retos curriculares en marcha.
  4. La burocracia institucional (USICAMM) pierde sustancia presupuestaria, hasta quedar convertida en un símbolo sin músculo operativo.

En otras palabras: se diseñan reformas, se hacen consultas, se cambian nombres, pero el presupuesto sugiere que esas acciones quedan en el papel.


La encrucijada legislativa y la urgencia de corrección

Frente a este panorama, Mexicanos Primero plantea un llamado claro: que los legisladores modifiquen el PPEF 2026 en el proceso de aprobación para garantizar una política real de profesionalización docente.

Si no hay un rediseño presupuestal que acompañe las promesas de discurso, el presupuesto servirá para respaldar “promesas en papel” que terminarán por debilitar el derecho al aprendizaje de niñas, niños y jóvenes.