La nueva película de Quentin Dupieux llega a cines mexicanos con humor delirante, terror absurdo y superhéroes tan inútiles como entrañables.
Un héroe no siempre salva al mundo

De la mente impredecible de Quentin Dupieux surge Fumar provoca tos, una comedia francesa que mezcla terror, sátira televisiva y un absurdo que se desborda escena tras escena. La película se estrena en cines mexicanos el 12 de diciembre, bajo la distribución de Lool Films, y confirma al director como uno de los autores más irreverentes del cine europeo contemporáneo.
Lejos de cualquier lógica tradicional del cine de superhéroes, la cinta propone un universo donde la incoherencia no es un error, sino el motor narrativo. Aquí, el espectador no asiste a una historia convencional, sino a una sucesión de situaciones que se retuercen hasta rozar lo grotesco.
Los Tabaco Rangers entran en acción (o lo intentan)
La historia sigue a los Tabaco Rangers, un grupo de superhéroes integrado por Benceno, Mercurio, Nicotina, Metanol y Amoniaco. Antes de enfrentar al villano supremo, el Emperador del Mal conocido como Reptilio —decidido a exterminar la Tierra—, el equipo es enviado a un retiro forzoso para mejorar su dinámica grupal.
Ese encierro, lejos de fortalecerlos, abre la puerta a una serie de relatos de terror tan absurdos como inquietantes. Entre fogatas, silencios incómodos y discusiones triviales, emergen historias donde un pescado revive tras ser asado o donde la lógica narrativa se evapora sin previo aviso.
Terror, nostalgia y sátira televisiva
Dupieux construye una sátira constante que dialoga con referentes de la cultura pop que marcaron a toda una generación. Las alusiones a programas como Power Rangers o Tortugas Ninja aparecen en casi cada encuadre, deformadas por un humor seco y una puesta en escena deliberadamente artificial.
El filme tampoco escatima en personajes extravagantes, como una rata humanoide que funge como jefe del escuadrón. Esta figura, tan absurda como carismática, refuerza el tono paródico de una película que se burla tanto del género de superhéroes como de las fórmulas narrativas del cine comercial.
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Dupieux y su sello inconfundible
Para quienes conocen la filmografía de Quentin Dupieux, Fumar provoca tos funciona como una extensión natural de su universo creativo. El director ha construido una carrera donde el humor personal, la exageración y los atajos narrativos son norma, como ya ocurrió en títulos como Bajo arresto, La chaqueta de piel de ciervo o Mandíbulas.
Aquí, el sinsentido no busca provocar risa fácil, sino incomodidad, sorpresa y una reflexión irónica sobre la manera en que consumimos historias heroicas. El resultado es una experiencia tan desconcertante como hipnótica, que no pide ser entendida, sino aceptada.
