Influenza en fiestas decembrinas: el riesgo crece y la vacuna sigue siendo clave

Con reuniones y espacios cerrados en invierno, la influenza vuelve a cobrar fuerza. La vacunación estacional es la herramienta más eficaz para prevenir casos graves.

La temporada invernal y un riesgo conocido

Con la llegada de las fiestas decembrinas y el incremento de reuniones familiares, el riesgo de contagio de influenza aumenta de forma significativa. El invierno favorece la circulación de virus respiratorios y la convivencia en espacios cerrados crea condiciones ideales para su propagación, justo cuando la prevención cobra mayor relevancia en términos de salud pública.

La influenza es una de las enfermedades respiratorias más contagiosas y con mayor impacto a nivel global. Cada año provoca millones de casos graves y cientos de miles de muertes en el mundo. En México, continúa siendo una de las principales causas de fallecimiento entre las enfermedades prevenibles por vacunación, lo que la convierte en un reto persistente para el sistema de salud.


Influenza A(H3N2): qué es el subclado K

En esta temporada, la atención internacional se ha centrado en el subclado K del virus de la influenza A(H3N2). No se trata de un nuevo subtipo, sino de una evolución natural dentro del mismo virus, un fenómeno esperado debido a su alta capacidad de mutación.

Hasta el momento, los organismos internacionales de salud coinciden en que no existe evidencia de que este subclado cause una enfermedad más grave. Además, se considera que muchas personas podrían contar con cierto nivel de protección derivado de exposiciones previas a otros virus H3N2. Aun así, su rápida propagación mantiene la vigilancia epidemiológica activa, especialmente en temporadas de alta movilidad social.


Un impacto mayor en personas adultas y grupos vulnerables

Aunque no se ha identificado un aumento en la severidad del subclado K, las temporadas dominadas por virus H3N2 históricamente han estado asociadas con mayores tasas de hospitalización y complicaciones, particularmente en personas adultas mayores y en quienes viven con enfermedades crónicas.

En México, durante la temporada actual, predomina el subtipo H1N1, mientras que en regiones de Europa y Estados Unidos se ha observado mayor circulación de H3N2. Este comportamiento mixto refuerza la necesidad de mantener una estrategia preventiva amplia y sostenida.


La influenza no es sólo una enfermedad respiratoria

La infección por influenza puede ir más allá de los síntomas respiratorios. En casos graves, puede detonar complicaciones como eventos cardiovasculares, descompensación de enfermedades crónicas, deterioro funcional y un mayor riesgo de hospitalización, especialmente en personas con comorbilidades.

Por esta razón, la prevención no se limita a evitar contagios, sino a reducir consecuencias de alto impacto en la salud individual y colectiva.


Vacunarse cada temporada sigue siendo fundamental

Las vacunas contra la influenza se actualizan cada año para incluir los subtipos con mayor probabilidad de circulación, entre ellos H1N1, H3N2 y los virus de influenza tipo B. Por ello, la vacunación debe realizarse de forma anual, idealmente entre octubre y marzo.

La evidencia acumulada muestra que la vacunación reduce de manera significativa las hospitalizaciones, las muertes y el riesgo de eventos cardiovasculares asociados a la infección. Datos preliminares de la temporada indican que la vacuna actual presenta una efectividad aproximada de 70–75% en niñas, niños y adolescentes para prevenir hospitalizaciones, y de 30–40% en personas adultas, cifras comparables con años anteriores.


Quiénes deben vacunarse de manera prioritaria

El programa de vacunación en México establece como grupos prioritarios:

  • Niñas y niños menores de cinco años.
  • Personas gestantes.
  • Personal de salud.
  • Población de 5 a 59 años con comorbilidades como diabetes, obesidad, asma, EPOC, enfermedad cardiovascular, insuficiencia renal, cáncer, inmunosupresión o VIH/sida.
  • Personas adultas de 60 años y más.

La vacunación de estos grupos no sólo protege de manera individual, sino que contribuye a disminuir la transmisión comunitaria durante los meses de mayor circulación viral.


Medidas complementarias que siguen siendo necesarias

Además de la vacunación, las autoridades sanitarias recomiendan mantener medidas generales de prevención, como la higiene frecuente de manos, la ventilación de espacios cerrados, el aislamiento voluntario de personas con síntomas respiratorios y el uso de cubrebocas en casos sintomáticos.

En caso de presentar escurrimiento nasal, tos, dolor de cabeza o fiebre, se recomienda evitar la automedicación y acudir con personal de salud para un diagnóstico oportuno y un manejo adecuado.


Temporada de reuniones más riesgo

“Con las posadas y cenas navideñas en curso, el riesgo de contagio aumenta por la convivencia en espacios cerrados. En México estamos ante una ventana de oportunidad, ya que la circulación apenas comienza y la vacunación puede proteger frente a varios virus respiratorios, especialmente a niñas, niños, personas adultas mayores y quienes viven con comorbilidades”, señaló Julissa Rodríguez, gerente médica de vacunas en Sanofi México.