
La electromovilidad acelera en América Latina con litio, fábricas de baterías y tecnologías de automatización que redefinen la competitividad regional.
La ola eléctrica que cambia el rumbo
El sector automotriz global vive una transformación inédita con el avance de los vehículos eléctricos (EV). Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), este año las ventas alcanzarán 20 millones de unidades y podrían representar el 40% del mercado mundial en 2030, siempre que se mantengan los compromisos climáticos actuales.
Este impulso está detonando la demanda de baterías de ion-litio, donde América Latina tiene un papel estratégico por su riqueza mineral y creciente capacidad industrial. Datos de S&P Global Commodity Insights apuntan a que la producción global de baterías pasará de 2,8 TWh en 2023 a 6,5 TWh en 2030.
Automatización como motor del cambio
El reto no es solo producir más, sino hacerlo de manera eficiente, segura y sostenible. Ahí entra en juego la automatización. Rockwell Automation apoya a fabricantes de baterías y vehículos eléctricos con soluciones que reducen desperdicios, fortalecen el control de calidad y permiten operar con mayor seguridad en el manejo de materiales sensibles.
“La automatización es un habilitador clave para escalar la producción de baterías de manera segura, eficiente y sostenible. Transformamos entornos industriales conectados y digitalizados, optimizando desde el ensamblaje de celdas hasta el vehículo eléctrico. Este enfoque permite evolucionar a modelos lights-off con operación autónoma, control de calidad en tiempo real y trazabilidad completa, incluyendo Battery Passport”, explica Israel Álvarez, consultor global de Industria en Rockwell Automation.
Casos que muestran el futuro
Un ejemplo claro está en Norteamérica, donde The Shyft Group desarrolló un chasis liviano para camiones eléctricos de última milla. En solo nueve meses pasó del diseño a la operación, gracias a la integración digital de operaciones, finanzas y cadena de suministro en una misma plataforma.
El resultado: vehículos 100% eléctricos diseñados para recorridos urbanos de hasta 350 kilómetros, ideales para logística urbana. “Estos proyectos muestran cómo la tecnología puede acelerar la innovación en movilidad sustentable, al mismo tiempo que mejora la competitividad industrial”, subraya Álvarez