
Aunque la creatina es ampliamente reconocida por su capacidad para mejorar el rendimiento deportivo y aumentar la masa muscular, es importante considerar también sus posibles riesgos y contraindicaciones. Este suplemento, que se popularizó en la década de los 90 tras ser utilizado por atletas olímpicos, ha sido objeto de numerosas investigaciones que confirman su eficacia. Sin embargo, su consumo puede estar asociado con efectos secundarios como retención de líquidos, aumento de peso y malestar gastrointestinal.
Beneficios y mecanismo de acción
La creatina actúa incrementando los niveles de fosfocreatina en el músculo, lo que permite una mayor disponibilidad de ATP (adenosín trifosfato), la principal fuente de energía celular. Esto resulta en una mejora de la fuerza, la potencia y el rendimiento durante ejercicios cortos e intensos. Además, la creatina puede reducir la fatiga muscular y mejorar la recuperación post-entrenamiento.

Dosificación y uso
La dosis recomendada de creatina es de 3 a 5 gramos al día, aunque algunos prefieren una fase de carga inicial de 20 gramos diarios durante 5-7 días para saturar rápidamente los músculos. La creatina se puede tomar en cualquier momento del día, pero es común consumirla después del entrenamiento para maximizar su absorción.
Seguridad y aprobación
La creatina está aprobada por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) y es considerada segura para la mayoría de las personas cuando se usa según las indicaciones. Sin embargo, es importante consultar a un profesional de la salud antes de comenzar su consumo, especialmente si se tienen condiciones preexistentes.
Riesgos y contraindicaciones
Aunque la creatina es generalmente considerada segura y efectiva para mejorar el rendimiento deportivo, existen ciertos riesgos y contraindicaciones que deben tenerse en cuenta. Entre los posibles efectos secundarios se incluyen la retención de líquidos, el aumento de peso y el malestar gastrointestinal. Además, la creatina puede causar deshidratación y desequilibrio de electrolitos, especialmente durante entrenamientos intensos o en condiciones de alta temperatura, lo que puede llevar a calambres musculares y fatiga.
Las personas con problemas renales deben evitar el uso de creatina, ya que puede aumentar la carga sobre los riñones, especialmente en combinación con dietas altas en proteínas o ciertos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). También se recomienda precaución a quienes tienen condiciones preexistentes o están bajo tratamiento médico, ya que la creatina podría interactuar con otros medicamentos o afectar la función renal.
En general, es importante seguir las dosis recomendadas y consultar a un profesional de la salud antes de comenzar a tomar creatina, especialmente si se tienen antecedentes de problemas renales o se está bajo tratamiento médico.