Berenice, jefa de enfermería en una unidad de trasplantes, está a punto de cumplir 20 años de una carrera marcada por el cuidado, la empatía y la pasión por salvar vidas. Desde sus primeros días soñando con ser doctora, hasta apoyar en 80 trasplantes de células madre, su vocación ha sido clara: ayudar a los demás.
En su trayectoria, ha trabajado en terapia intensiva y trasplantes, convirtiéndose en una pieza clave en procesos tan complejos como emotivos. “Las enfermeras somos quienes estamos 24/7 con los pacientes y sus familias, escuchando, cuidando y apoyando”, comenta Berenice, quien también colabora con NMDP México®, organización sin fines de lucro que desde 2017 ha facilitado más de 115 trasplantes en el país.
Lo más valioso para ella no son los títulos ni reconocimientos, sino los pequeños gestos de gratitud que ha recibido de sus pacientes, especialmente de los niños y sus familias. Su misión es clara: devolverles la esperanza y ayudarlos a soñar con un futuro lleno de vida.