La nueva película de Sofía Gómez Córdova, protagonizada por Ludwika Paleta, explora el dolor, el silencio y los secretos que sobreviven a la pérdida.
Viaje hacia el vacío
Después de recorrer un circuito de festivales internacionales que incluyó Canadá, Uruguay e Irlanda, la película Después, dirigida por Sofía Gómez Córdova, llega a las salas nacionales a través de la distribuidora Mandarina Cine.
El filme centra su mirada en Carmen (interpretada por Ludwika Paleta), quien tras la muerte incomprensible de su hijo Jorge (Nicolás Haza) se embarca en un lento y doloroso proceso de descubrimiento de lo que su relación realmente fue.
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Una madre frente al abismo
La trama plantea desde el inicio un conflicto profundo: una relación de cercanía —entre madre e hijo— que parecía edificada sobre la amistad y la confianza, pero que esconde silencios y huecos. Según la sinopsis oficial, tras abandonar al padre, madre e hijo habían desarrollado un vínculo intenso que ahora revela secretos imposibles de ignorar.
Paleta ofrece una interpretación contenida y conmovedora de Carmen: una mujer que ya no sólo expresa dolor, sino también la urgencia de entender lo que ya no se puede cambiar. A su lado, Haza debuta en cine con una presencia magnética que revela, entre gestos mínimos, lo que no se dijo.
Autora y territorio: una mirada mexicana descentralizada
La cineasta originaria de Aguascalientes reafirma su interés por contar historias que nacen lejos de la Ciudad de México. La película se filmó en tres locaciones distintas: Guadalajara, Melaque y Aguascalientes.
Este desplazamiento físico —y simbólico— refuerza una mirada que apuesta por lo regional como epicentro de lo universal: el duelo, la ausencia, la memoria. En su ópera prima, Los años azules, Gómez Córdova ya exploró los vínculos familiares desde la intimidad. Ahora vuelve a ese territorio con mayor noción del silencio y sus efectos.
Producción, equipo y recorrido internacional
La película fue producida por Julia Cherrier (Calouma Films), Paulina Villavicencio (Disruptiva Films) y la misma Sofía Gómez Córdova (Brujazul), además de contar con el respaldo de Simplemente, Filma en Jalisco, Toushka Ventures y Moonfall Productions.
Detrás de cámara, se suman nombres como el del director de fotografía Ernesto Trujillo, la diseñadora de producción Paloma Camarena, la vestuarista Karine Hernández y el equipo de sonido conformado por Miguel Mata, Odín Acosta y Carlos Cortés Navarrete. La edición corre a cargo de Perlis López y la propia directora; la música original la firma AnAn (Natalia Gómez).
El filme fue parte de la Competencia Oficial de Ficción Iberoamericana del Festival de Punta del Este (Uruguay), del festival Film LGBT2SQUEER Montréal (Canadá), del Mix México 2024 y del Galway Film Fleadh (Irlanda). Su estreno nacional se dio en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara 2024 en las secciones Premio Mezcal, Premio Maguey y Hecho en Jalisco.
Tema universal desde el dolor
La directora ha dicho que esta película “nace de la necesidad de mirar de cerca aquello que no comprendemos: el dolor, la ausencia, la memoria. Habla de lo que queda cuando el otro ya no está, y de cómo el amor, incluso roto, puede ser una forma de reencuentro”. Esta declaración sintetiza el pulso emocional del filme.
Lejos del melodrama, “Después” propone una mirada silenciosa sobre el duelo: no lo como algo consumido, sino como una forma de existir que continúa. En su núcleo está la pregunta de si se puede seguir viviendo después del dolor y qué formas toma esa continuidad.
¿Por qué verla?
Este filme representa varias apuestas importantes del cine contemporáneo en México:
- Una actriz de larga trayectoria (Ludwika Paleta) que asume un papel meditativo y de contención.
- Un debut en cine de Nicolás Haza que agrega frescura y tensión emocional.
- Una dirección femenina mexicana que apuesta por el territorio regional, lo íntimo, lo no dicho.
- Un tema —la muerte del hijo, el duelo, el secreto— que es profundo, universal y difícil, pero tratado con sutileza.
En suma, es una cinta para sentir más que para explicar, para acompañar más que para juzgar.
