
La autora desentraña cómo el feminicidio atraviesa arte, moda y narrativa para naturalizar la violencia contra las mujeres.
Un asesinato convertido en símbolo

La periodista Lydiette Carrión regresa con un proyecto provocador: Feminicidio mítico (Debate, 2025), que investiga las formas simbólicas en que el asesinato misógino se integra al imaginario cultural. Parte de una inquietud concreta: campañas publicitarias que retomaban motivos de feminicidios ampliamente mediáticos. ¿Qué significa que se usen imágenes o relatos de crímenes contra mujeres como inspiración para productos de consumo?
En esta línea, Carrión recorre casos históricos —de Gregorio “Goyo” Cárdenas al fenómeno de los feminicidios de Ciudad Juárez, pasando por la famosa Dalia Negra— para mostrar que esas narrativas no solo sobreviven, sino que se transforman y reaparecen en lugares inesperados: la literatura, la publicidad, la moda, el cine o los discursos sociales.
De hecho brutal a objeto cultural
Carrión propone que vivimos en un “ambiente feminicigénico”: un contexto en que la violencia simbólica y narrativa contra las mujeres está estructuralmente aceptada. Ella analiza cómo el paso del hecho periodístico al imaginado permite a esas historias reconfigurarse, verse mitificadas y reutilizadas. Así, un crimen real puede devenir mito, objeto estético o mercancía.
Uno de los ejes es la complicidad del consumo: ¿por qué ciertas mujeres muestran interés por relatos criminales contra mujeres? Esa fijación, según Carrión, no es accidental: es indicadora de cómo la cultura ha colonizado el deseo femenino con símbolos de victimización, poder y fascinación por la muerte.
Casos emblemáticos, lectura crítica
Goyo Cárdenas y el “asesino rehabilitado”
El libro aborda el caso de Goyo Cárdenas, que en la década de 1940 fue transformado por la prensa y el discurso oficial en un sujeto rehabilitado y casi heroico, borrando el sufrimiento de sus víctimas. Carrión insiste en mirar hacia las mujeres asesinadas, no solo al agresor.
Las muertas de Juárez y la impunidad narrativa
En el caso de Ciudad Juárez, las víctimas también fueron parte de relatos fantásticos o contradictorios, que distraían de una responsabilidad institucional. Carrión recupera testimonios de periodistas, activistas y archivos que lograron ver más allá de los discursos oficiales.
La Dalia Negra y la reescritura artística
El asesinato de Elizabeth Short —la Dalia Negra— sirve como otro espejo: el crimen se vuelve mito cinematográfico, literario y estético, transformándose en objeto cultural mientras la mujer queda relegada a símbolo.
Reflexión: ¿consumimos violencia por inconsciencia?
Para Carrión, estas representaciones culturalizadas de violencia pueden legitimar la muerte simbólica de las mujeres al perpetuar la idea de que padecen o “atraen” la violencia como destino narrativo. Esa naturalización sostiene estereotipos de la feminidad, la culpa y el erotismo mortífero.
La autora no se limita a la denuncia; también sugiere la necesidad de imaginar otras formas de narrar —formas de representación que no instrumentalicen el dolor de las mujeres, sino que visibilicen su agencia, sus historias, su contexto.
¿Por qué Feminicidio mítico ahora?
El arranque publicitario fue el detonante visible, pero Carrión insiste en que ese síntoma emerge de raíces profundas: décadas de discursos dominantes que han invisibilizado la violencia estructural en contra de las mujeres. Su análisis permite ver que no estamos ante piezas aisladas, sino ante una cultura que normaliza y estetiza la muerte misógina.
Para lectores jóvenes-adultos, Feminicidio mítico ofrece rutas para mostrar cómo lo que consumimos refleja y refuerza estructuras de violencia. Es también una invitación crítica: mirar el mundo simbólico con ojos descolonizados del dolor.