Ventiladores E30 de Philips: silencios y riesgos

Documentos prueban la entrada y distribución del E30 en 255 hospitales; sin sustitución, Philips busca retirarlos. Autoridades no transparentan cifras.

Crédito a las investigaciones originales: Frida Mendoza (EMEEQUIS) y Valeria Durán (MCCI).

Durante la emergencia sanitaria por COVID-19, Philips presentó el ventilador E30 como una solución rápida para atender la crisis hospitalaria. La compañía lo publicitó como equipo autorizado para uso de emergencia, con el aval de COFEPRIS, y destacó su utilidad en unidades con alta demanda de respiradores. Sin embargo, tras el aviso global de seguridad emitido en 2021 por la degradación de la espuma PE-PUR, la narrativa cambió: los mismos ventiladores promocionados en pandemia hoy forman parte de un retiro internacional por riesgos de inhalación de partículas y compuestos tóxicos. En México, a pesar de los comunicados corporativos, siguen apareciendo en hospitales públicos sin que exista un reporte oficial de retiro y sustitución.

En 2020, durante la emergencia, el E30 llegó por miles a hospitales públicos. Registros oficiales y bases de datos de salud consultadas por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) ubican 2,000 equipos en 255 hospitales del país. EMEEQUIS documentó oficios y facturas que confirman distribución y uso prolongado. A la par, la FDA de Estados Unidos lanzó en junio de 2021 un retiro/aviso de seguridad por la espuma PE-PUR, que puede degradarse y liberar partículas o compuestos volátiles con riesgos respiratorios y potencial carcinogénico.

Cinco años después, el saldo mexicano es incómodo: hay reportes de equipos aún instalados; Philips intenta extraerlos, pero sin ofrecer sustitución en varios casos; y COFEPRIS no ha publicado un corte nacional con números verificables de retiro, sustitución o disposición final.

Lo que dice Philips (y lo que no)

En dos comunicaciones oficiales (11 de junio y 5 de septiembre de 2025), Philips México reconoce que el E30 sí está incluido en el aviso global de 2021 y subraya que fue autorizado por COFEPRIS bajo uso de emergencia; por lo tanto, “ya no debe estar en uso” tras el fin de la emergencia sanitaria. La compañía afirma que desde 2021 “gestiona el retiro” con instituciones, y presume un “99% de remediación” a nivel mundial… pero ese porcentaje corresponde, sobre todo, a dispositivos de terapia del sueño (CPAP/BiPAP), no al E30 hospitalario. Sobre México, no aporta una cifra clara de cuántos E30 retiró físicamente ni cuántos sustituyó.

La narrativa corporativa también alega que muchos equipos fueron donados. Sin embargo, expedientes y pesquisas periodísticas registran entregas con valor comercial y nuevas ventas a estados, además de la relación con distribuidores locales. La falta de un inventario público por hospital deja a pacientes y personal clínico en zona gris.

Fuentes de la nota

El tablero internacional aprieta

Fuera de México el caso escaló. En Estados Unidos, un decreto de consentimiento (abril de 2024) obliga a Philips Respironics a remediar, reparar o reembolsar y a reforzar su sistema de calidad. En Francia, la Fiscalía de París abrió una investigación penal en 2025 por el retiro de 2021. En Australia, la TGA inició acciones judiciales en junio de 2025 por suministro presuntamente ilegal de equipos inseguros. Y persiste la disputa con el laboratorio independiente PSN Labs por las pruebas de espuma: la empresa lo demandó; el laboratorio respondió que Philips tergiversó resultados.

El mensaje común de autoridades y tribunales es inequívoco: el problema no está cerrado.

La ruta del E30: donaciones, compras y litigios

En México, la llegada de los E30 pasó por la Cancillería y diferentes instituciones. Se publicitaron donaciones en plena crisis, pero inventarios y bases de datos muestran que además hubo adquisiciones y nuevas entregas a hospitales después de 2020. MCCI exhibió oficios a Presidencia desde 2024 alertando riesgos y persistencia de los equipos en salas hospitalarias de varios estados.

Mientras tanto, Philips México mantiene diferencias con un exdistribuidor y se reportó la **detención de Marc Duocastella, directivo de la firma, en medio de un conflicto por incumplimientos comerciales y compromisos de retiro. La fricción empresarial no cambia el fondo sanitario: ¿cuántos E30 siguen en inventario o instalados?

Los vacíos que urge cerrar

  1. Cifras oficiales. México necesita una base pública con número de E30 por hospital, estatus (en uso, en almacén, retirado, destruido), fechas y reemplazos.
  2. Plan de sustitución. La extracción sin sustitución deja quirófanos y UCI con menos capacidad. IMSS, ISSSTE y SSa deben publicar cronogramas y alternativas.
  3. Trazabilidad y evidencia. Actas de retiro, cadena de custodia y disposición final deben ser auditables.
  4. Riesgo clínico. Aunque Philips sostiene que no hay evidencia concluyente de daño a pacientes, la FDA no ha levantado alertas y mantiene vigilancia. Los comités de bioseguridad hospitalaria deberían emitir recomendaciones públicas y capacitar al personal.
  5. Transparencia de COFEPRIS. La autoridad regulatoria debe informar qué exigió desde 2021 y qué verificó in situ.

Por qué esto importa

Porque la confianza en el equipamiento hospitalario es un bien público. Pacientes, respiracionistas, intensivistas y técnicos biomédicos requieren certezas: saber qué equipo es seguro, cuál fue retirado y con qué se reemplazó. Y porque la integridad de la política sanitaria no se defiende con comunicados, sino con datos, auditorías y rendición de cuentas.