El conocido sanatorio se ha convertido en un ejemplo de cómo la negligencia administrativa y la falta de supervisión gubernamental pueden transformar un hospital emblemático en un grave riesgo para la salud pública.
El Sanatorio Trinidad, ubicado en la colonia Roma de la Ciudad de México, alguna vez compitió con hospitales de prestigio como Dalinde, Starmédica y Ángeles Metropolitano. Sin embargo, hoy es un foco de riesgo sanitario, con instalaciones clausuradas, falta de medicamentos básicos como paracetamol y omeprazol, y un ambiente laboral marcado por abusos y precariedad.
Quirófanos clausurados y riesgos para los pacientes
Desde junio de 2023, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) suspendió las operaciones de los quirófanos por incumplir normas sanitarias. A pesar de esto, las autoridades del hospital han seguido ofreciendo cirugías clandestinas, violando los sellos de clausura impuestos en varias ocasiones.
Las irregularidades incluyen el uso indebido de áreas de alto riesgo, como la Central de Equipos y Esterilización, que opera en condiciones que incumplen la norma 016 SSA-3 2012. Estas fallas ponen en peligro a los pacientes que, sin saberlo, confían en un sistema de salud que no cumple con los estándares mínimos.
Condiciones laborales alarmantes
El personal médico y administrativo enfrenta un ambiente laboral precario. Enfermeras trabajan sin uniformes adecuados ni materiales básicos como bombas de infusión. Además, sufren maltrato por parte de los directivos actuales, encabezados por el doctor Erick Ramírez Arias, quien desestima las quejas y exige obediencia absoluta.
En palabras de excolaboradores como Beatriz Moreno y Angélica Clairín Pantoja, el declive comenzó tras la muerte del fundador, el doctor Arturo Gutiérrez Meneses, en 2019. Desde entonces, un grupo de socios minoritarios asumió el control del hospital, priorizando sus ingresos sobre la calidad del servicio y las condiciones de trabajo.
Desabasto y negligencia
La falta de pagos a proveedores como Laboratorios Pisa ha resultado en el retiro de equipos esenciales. Actualmente, el hospital opera con apenas cuatro bombas de infusión para todos los pacientes. Medicamentos controlados y básicos deben ser adquiridos en farmacias externas, lo que retrasa los tratamientos hasta por cuatro horas.
Llamado urgente a las autoridades
A pesar de las denuncias y auditorías de la Cofepris, el Sanatorio Trinidad continúa funcionando, sobre todo en temporada invernal, cuando la demanda de servicios médicos aumenta. Esta situación pone en peligro no solo a los pacientes, sino también al personal médico y sus derechos laborales.