Ciudades mexicanas reinventan el agua: del desastre pluvial a la resiliencia urbana

Ante lluvias extremas e inundaciones crecientes, México explora soluciones sostenibles para capturar, infiltrar y reutilizar agua pluvial.

Un clima extremo exige soluciones más inteligentes

México vive un vaivén climático marcado por lluvias torrenciales que colapsan sistemas de drenaje saturados y sequías prolongadas que agotan fuentes de agua tradicionales, evidenciando una urgente necesidad de nueva infraestructura hídrica. En la Ciudad de México, por ejemplo, las precipitaciones de este año duplicaron promedios históricos en junio con 220 millones de m³ y registraron eventos de lluvia más intensos no vistos en siete décadas, poniendo a prueba la capacidad de la ciudad para gestionar el agua pluvial.

El resultado se traduce en avenidas convertidas en ríos, transporte paralizado y cientos de puntos de encharcamiento que interrumpen la vida urbana, mientras la paradoja se intensifica: una urbe con serio déficit de agua potable pero recurrentemente anegada por lluvias.

Bajo este panorama, las estrategias convencionales de gestión hídrica —basadas en infraestructura gris como tuberías y drenajes profundos— han demostrado límites claros. El reto ahora consiste en transformar el exceso de agua en un recurso útil y accesible.


Sistemas urbanos de drenaje sostenible: una respuesta innovadora

Las Soluciones Urbanas de Drenaje Sostenible (SUDS) han ganado protagonismo como modelos capaces de mitigar inundaciones, facilitar la infiltración del agua y aprovecharla para usos posteriores.

Entre estas estrategias destacan los sistemas modulares subterráneos llamados AquaCell, que permiten retener grandes volúmenes de agua de lluvia bajo tierra, reduciendo picos de escorrentía y facilitando la recarga natural de acuíferos.

Tanques subterráneos y superficies verdes

Los módulos de retención no solo almacenan agua, también se integran en soluciones híbridas con jardines de lluvia y cubiertas vegetadas. Los jardines de lluvia actúan como esponjas en áreas urbanas, captando agua pluvial, filtrándola y permitiendo que se infiltre lentamente al suelo, reduciendo así inundaciones y mejorando la calidad del agua.

Por su parte, las cubiertas verdes y azules combinan vegetación y sistemas de retención sobre techos para capturar entre el 70 % y el 97 % del agua de lluvia que cae sobre estructuras edificadas, amortiguando el impacto de lluvias intensas y reduciendo la demanda energética al mejorar el aislamiento térmico de edificios.

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Alcorques y salud urbana

Soluciones como Tree Tank canalizan agua directamente hacia la zona radicular de árboles urbanos, fortaleciendo la vegetación en entorno urbano y contribuyendo a mitigar la “isla de calor” característica de zonas pavimentadas.


Ciudades esponja y gestión basada en la naturaleza

La idea de la “ciudad esponja” resuena con fuerza en este contexto: diseñar entornos urbanos capaces de retener, distribuir y limpiar el agua donde cae, imitando procesos naturales para gestionar la lluvia sin depender exclusivamente de ingeniería tradicional.

Proyectos urbanos pioneros ya avanzan en esta dirección, integrando espacios públicos que funcionan simultáneamente como infraestructura de captación pluvial. Iniciativas como el Parque Hídrico La Quebradora en Iztapalapa combinan áreas verdes, espacios comunitarios y sistemas de infiltración que mitiguen inundaciones y promuevan recarga de acuíferos urbanos.


Adaptación urbana frente al cambio climático

La implementación de drenaje sostenible y soluciones verdes responde a dos crisis a la vez: la necesidad de enfrentar eventos climáticos extremos y la urgencia de conservar y aprovechar mejor cada gota de agua. Expertos coinciden en que el cambio climático agravará tanto los periodos de sequía como los eventos de lluvia intensa si no se adoptan enfoques más resilientes y basados en la naturaleza.

Este enfoque, que integra captación, almacenamiento, infiltración y reutilización, ofrece una ruta hacia ciudades más frescas, resilientes y sostenibles, en las que el agua de lluvia deje de ser un problema para convertirse en una ventaja urbana.