Resistencia antimicrobiana: el reto invisible que está en tus manos

Cuando bacterias, virus, hongos o parásitos dejan de responder a los medicamentos, surge una amenaza global de salud: la resistencia antimicrobiana.

¿Qué es la resistencia antimicrobiana?

La resistencia antimicrobiana (RAM) ocurre cuando microbios como bacterias, virus, hongos o parásitos dejan de responder a fármacos que antes funcionaban contra ellos. Esto hace que las infecciones sean más difíciles de tratar, se propaguen con mayor facilidad y generen mayor riesgo de enfermedad grave o muerte.
En el contexto de la salud global, la RAM es uno de los grandes retos del siglo XXI: no se trata sólo de que se acaben los medicamentos, sino de que pierdan eficacia progresivamente.

¿Por qué ocurre?

Expertos como Adi Shah, especialista en enfermedades infecciosas en el Mayo Clinic de Rochester, explican que la RAM “frecuentemente ocurre cuando microorganismos son expuestos a episodios varios y repetidos de uso antimicrobiano”. Un uso excesivo o inapropiado —por ejemplo antibióticos para infecciones virales— genera presión selectiva: los microbios más resistentes sobreviven y proliferan.

La respuesta institucional: el equipo de stewardship de la Mayo Clinic

Para hacer frente al problema, la Mayo Clinic constituyó un equipo de antimicrobial stewardship (uso responsable de antimicrobianos) que opera en sus tres campus —Minnesota, Florida y Arizona— y en todos los entornos del sistema de salud afiliado.
Este equipo trabaja con médicos, farmacéuticos, enfermeras y otros profesionales para asegurar que se use “el antibiótico adecuado, en la dosis correcta y por el menor tiempo necesario”.
Un estudio publicado por el centro señala que, tras intervenir en el ámbito ambulatorio con educación, paneles pre-poblados y difusión de datos a proveedores, la tasa de prescripción innecesaria para ciertas infecciones respiratorias bajó de 21.7 % a 11.2 %.

¿Qué puede hacer cada quien?

La RAM no es un problema que compete solo a hospitales o gobiernos: cada persona tiene un rol clave. Entre las recomendaciones principales se encuentran:

  • Preguntar al profesional de salud si tu infección tiene origen bacteriano antes de aceptar un antibiótico.
  • Si te prescriben un antibiótico, pedir cuál es el tiempo más corto que aún es efectivo. No guardar dosis sobrantes para otro día.
  • Desechar adecuadamente los medicamentos que sobran.
  • Practicar acciones básicas de prevención: lavarse las manos, vacunarse, quedarse en casa cuando se está enfermo. Estas medidas reducen la necesidad de antimicrobianos.

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El panorama en México y por qué importa

Aunque los datos más destacados provienen de Estados Unidos, el impacto se replica globalmente y afecta también a México. La combinación de sistemas de salud saturados, automedicación y circulación de medicamentos hace que la RAM represente una amenaza latente.
Cuando un antibiótico deja de funcionar por resistencia, las opciones de tratamiento se reducen, los costos medicales aumentan y se incrementa el riesgo de complicaciones. Esto significa que una infección “común” podría volverse grave o requerir hospitalización.

El tiempo para actuar es ahora

La alianza entre pacientes, profesionales de salud y sociedad es indispensable. Que cada obstáculo, cada medicamento innecesario y cada descuido suma. Pero también, que cada acción informada y responsable ayuda a preservar un recurso vital: la eficacia de los medicamentos antimicrobianos.