Mayores de 60: ¿pueden volver a trabajar?

Aunque las políticas promueven inclusión laboral, los mayores de 60 años siguen enfrentando prejuicios, brechas tecnológicas y poca voluntad empresarial.


El muro invisible de la edad laboral

En pleno 2025, muchas personas mayores de 60 años hallan que buscar empleo es un reto mayúsculo. Aunque existen marcos legales y políticas de inclusión, los prejuicios por edad persisten, el dominio tecnológico requerido hoy está lejos de ser trivial, y muchas empresas prefieren perfiles más jóvenes. Estos obstáculos no sólo afectan la economía de quienes los enfrentan, sino que también deterioran su autoestima, salud mental y calidad de vida.

Las cifras respaldan esta realidad: 75.2 % de los adultos mayores ocupados en México laboran en el sector informal. Esto implica que la reinserción formal al mercado laboral se vuelve especialmente cuesta arriba para ellos.

En este contexto, es urgente promover cambios estructurales. La Reforma Laboral de septiembre de 2025 incluye una propuesta para eliminar la “edad máxima” legal de contratación, permitiendo que toda persona mayor de 18 años tenga derecho a trabajar, salvo en casos que justifiquen restricciones específicas para ciertos puestos.


Seis estrategias para orientar la búsqueda laboral senior

1. Actualizar habilidades digitales
Hoy muchos empleos exigen usar correo electrónico, videollamadas, plataformas colaborativas o suites de oficina. Tomar cursos en línea —muchos gratuitos o de bajo costo— no sólo mejora competencias, también demuestra voluntad para adaptarse al ritmo tecnológico actual.

2. Enfatizar la experiencia como activo
El currículum o la entrevista no deben centrarse únicamente en años trabajados, sino en logros concretos: liderazgos, resolución de conflictos, mentoría, eficiencia en procesos. Esa estabilidad y aporte contrastan con tasas normales de rotación en perfiles más jóvenes.

3. Instrumentar el networking de toda la vida
A lo largo de décadas, muchos mayores poseen redes profesionales sólidas. Reconectar con antiguos colegas, jefes o clientes puede abrir puertas, especialmente para roles de consultoría, mentoría o colaboración independiente.

4. Apuntar a empresas con compromiso generacional
Algunas compañías ya promueven diversidad etaria y prácticas inclusivas. Postularse en ellas —o en bolsas laborales que promuevan perfiles senior— incrementa las probabilidades de ser contratado.

5. Cultivar actitud positiva y flexibilidad
La búsqueda puede tardar más, por lo que mantener motivación, paciencia y apertura a esquemas mixtos (tiempo parcial, remoto, mentorías) transmite confianza a los empleadores.

6. Adaptar el currículum a cada vacante
Un cv genérico y extenso puede jugar en contra. Es preferible ajustar el contenido, destacar habilidades relevantes para cada rol, incluir un perfil breve inicial que muestre experiencia, valores y disponibilidad de aprendizaje.

“La inclusión laboral de los adultos mayores debe ser vista como una oportunidad para aprovechar la experiencia, la responsabilidad y el compromiso que estas personas pueden aportar al entorno laboral”, concluye Alejandra Martínez, Responsable de Estudios del Mercado Laboral en Computrabajo México.


Panorama institucional y retos estructurales

El INAPAM impulsa acciones de vinculación productiva dirigidas a personas mayores, con el fin de promover su inserción formal al empleo. Además, existe la posibilidad de que, al final de 2025, los beneficiarios accedan a un “dinero extra” como parte de este esquema.

No obstante, aún hay brechas: muchas empresas privadas no han adoptado políticas que combatan la discriminación por edad, y la informalidad sigue siendo un refugio común para quienes no logran colocarse en el mercado formal.

El impulso gubernamental de ferias de empleo para grupos vulnerables, incluidos los adultos mayores, también representa una oportunidad concreta.


Qué puede cambiar para que mayores de 60 sigan contribuyendo

  • Políticas claras de no discriminación por edad en empresas públicas y privadas.
  • Incentivos fiscales o reconocimientos para compañías comprometidas con la diversidad generacional.
  • Programas de actualización tecnológica gratuitos o subsidiados para personas mayores.
  • Campañas de sensibilización para valorar la experiencia frente al sesgo generacional.
  • Extensión de esquemas de empleo formal que consideren esquemas flexibles adecuados para mayores.

Mientras esos cambios ocurren, las seis recomendaciones antes mencionadas pueden ofrecer una ruta práctica para que más personas mayores de 60 encuentren espacio en el mercado laboral —y con ello, una mejor calidad de vida.