Contrastes en la lactancia exclusiva

En México sólo 85,530 mujeres ofrecieron lactancia materna exclusiva hasta los seis meses: enormes brechas “entre estados y realidades”.


¿Qué es la lactancia materna exclusiva?

La lactancia materna exclusiva (LME) se define como la práctica de alimentar al bebé únicamente con leche materna, sin ofrecer ningún otro alimento ni líquido —ni siquiera agua— durante los los primeros seis meses de vida (salvo gotas, sueros o medicamentos prescritos).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF recomiendan iniciar la lactancia dentro de la primera hora tras el nacimiento y mantenerla de forma exclusiva durante seis meses, para luego complementar con otros alimentos mientras continúa el amamantamiento hasta los 2 años o más.

Esta práctica no es sólo nutrición: proporciona defensas inmunológicas al bebé, ayuda al desarrollo y fortalece el vínculo madre-hijo.


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México frente a la meta internacional

Los compromisos globales estipulan que al menos el 50 % de los lactantes reciban LME en 2025, y un 70 % en 2030.
Pero en México, la situación es más modesta: según estimaciones preliminares de la Dirección General de Información en Salud de la Secretaría de Salud, sólo 85,530 mujeres ofrecieron LME durante seis meses completos.

Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), actualmente 34.2 % de los bebés menores de 6 meses reciben lactancia materna exclusiva, muy por debajo de la meta de 2025.
La Jornada reporta que esa cifra ha subido desde 14.4 % en 2012 hasta 33.6 % en la actualización más reciente.

Estos porcentajes ponen de manifiesto que México está lejos de cumplir con los compromisos internacionales.


Grandes contrastes regionales

Las cifras oficiales revelan disparidades marcadas entre estados:

  • Altos porcentajes:
    • Puebla: 16.9 %
    • Guerrero: 11.5 %
    • Chiapas: 10.1 %
    • Tabasco: 8.5 %
    • Estado de México: 8.1 %
  • Muy bajos porcentajes:
    • Quintana Roo: 0.48 %
    • Baja California Sur: 0.31 %
    • Coahuila: 0.23 %
    • Sonora: 0.22 %
    • Colima: 0.10 %

Estas diferencias reflejan la desigualdad en accesos, apoyos sociales y recursos regionales para madres lactantes.


Obstáculos que impiden la práctica

“La vida moderna, el cansancio, el estrés, jornadas laborales extensas y la carencia de espacios adecuados en el trabajo limitan las posibilidades de mantener una lactancia exitosa”, señala Lizeth Cuara, CEO de Misty Phases, marca especializada en productos postparto.

Entre los principales impedimentos destacan:

  • Ausencia de permisos laborales suficientes o pausas para extracción de leche.
  • Falta de salas o espacios dignos para lactancia en centros de trabajo.
  • Escasa información o acompañamiento profesional durante el posparto.
  • Molestias físicas, dolor, obstrucciones o mastitis sin apoyo adecuado.
  • Falta de herramientas prácticas (extractores, refrigeración) o conocimientos para usarlas.

Recomendaciones prácticas para favorecer la LME

Algunas estrategias que pueden marcar la diferencia:

  1. Banco de leche personal
    Iniciar la extracción aproximadamente dos semanas antes del regreso laboral, etiquetar y congelar la leche; bien conservada dura hasta 6 meses.
  2. Estimular el flujo de leche
    Aplicar compresas calientes antes de extraer para aflojar conductos y después frías para aliviar inflamaciones.
  3. Uso de brasieres especializados para lactancia
    Que sean suaves, elásticos y transpirables, para prevenir irritaciones, obstrucciones o molestias.
  4. Espacios y equipos en el trabajo
    Garantizar al menos dos sesiones de extracción durante una jornada de 8 h, así como refrigeración o hielos de gel para conservar la leche.
  5. Información, acompañamiento y redes de apoyo
    Educar a madres, parejas y empleadores sobre beneficios, retos y soluciones, y crear grupos de apoyo locales.

“Muchas madres abandonan la lactancia antes de tiempo por dolor o incomodidad. Conocer los beneficios, tips y herramientas es clave para que defiendan su derecho a lactar”, afirma Cuara.


Hacia un ecosistema de apoyo

Para revertir las cifras y avanzar hacia las metas de la OMS y FAO se requiere:

  • Políticas públicas que obliguen a empresas a brindar permisos, espacios y refrigeración para lactancia.
  • Fortalecer los servicios de salud con asesoría profesional especializada y acompañamiento posnatal.
  • Promover una cultura que reconozca la lactancia como un derecho e inversión en salud pública.
  • Incentivar que los empleadores formen entornos “amigos de la lactancia”.

Sólo así México podría cerrar brechas regionales y convertir la lactancia materna exclusiva en una realidad accesible para todas las madres.

Fuentes de la nota