
SEP, Google y Creai lanzan becas para formar en inteligencia artificial, pero expertos cuestionan si esta apuesta tecnológica atiende los rezagos educativos.
Mientras el gobierno federal celebra una alianza con Google y la empresa mexicana Creai para capacitar a jóvenes en inteligencia artificial (IA) y ciberseguridad, diversos especialistas y docentes señalan una contradicción de fondo: ¿cómo hablar de futuro digital cuando miles de estudiantes ni siquiera tienen acceso a una educación básica de calidad?
La Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció recientemente un acuerdo con Google para ofrecer 30,000 becas a estudiantes y profesores del Colegio de Bachilleres (Colbach) y la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar (DGETAyCM). El programa, que iniciará en 2025, promete formación en áreas clave para la empleabilidad futura. Por su parte, Creai participará con su programa Creai Coders, enfocado en enseñar programación backend.
La propuesta suena moderna, ambiciosa e incluso esperanzadora, pero ocurre en un contexto preocupante: durante los últimos cinco años, los indicadores educativos en México han mostrado retrocesos significativos. La pandemia agravó la deserción escolar, y decisiones como la eliminación del programa de Escuelas de Tiempo Completo o la imposición de nuevos libros de texto sin consulta real han generado incertidumbre entre docentes, madres y padres de familia.
A esto se suma una creciente desigualdad en el acceso a herramientas tecnológicas. Según el Inegi, solo el 44.6% de los hogares en zonas rurales cuenta con conexión a internet. En muchas comunidades donde operan planteles del Colbach o la DGETAyCM, ni siquiera hay computadoras suficientes para cada grupo.
El secretario de Educación, Mario Delgado, declaró que la IA debe usarse “con responsabilidad” para mejorar los procesos educativos. Sin embargo, especialistas advierten que el riesgo es confundir innovación con maquillaje: “Ofrecer un curso de ciberseguridad en una escuela que no tiene red eléctrica constante no es progreso, es simulación”, comenta una profesora del sistema de educación media superior que pidió anonimato.
Por su parte, la representante de Google, Eleonora Rabinovich, aseguró que estas becas “fomentarán oportunidades económicas”, mientras que el CEO de Creai, Franco Palacios, insistió en que “el talento no debe estar limitado por el contexto social o económico”. Pero los hechos revelan que el contexto sí limita: sin infraestructura, sin docentes capacitados en nuevas tecnologías y sin políticas sostenidas de equidad digital, el acceso real a esas oportunidades sigue siendo privilegio de unos pocos.
La intención no es menor. Capacitar a 30,000 jóvenes en inteligencia artificial es sin duda un paso positivo, pero difícilmente suficiente. Mientras la 4T presume alianzas tecnológicas, las aulas siguen enfrentando carencias básicas: falta de mobiliario, abandono escolar, docentes sin herramientas didácticas ni formación digital.
En ese sentido, esta nueva iniciativa parece más una apuesta por la narrativa de modernización que una solución estructural al rezago educativo nacional.