Si perder peso parece una lucha constante sin importar los esfuerzos que hagas, es posible que la genética tenga un papel más importante del que imaginas. Investigaciones de la Mayo Clinic han identificado que no todas las personas con obesidad son iguales, sino que existen fenotipos de obesidad, es decir, grupos con características metabólicas específicas que determinan cómo procesamos la comida, el hambre y la saciedad. En otras palabras, como decía un pediatra a una mamá preocupada por la delgadez de su hijo: “Gordos, aunque los fajen, flacos aunque los inflen”.
Según el doctor Andres Acosta, gastroenterólogo y especialista en bariatría de la Mayo Clinic, la genética influye en la forma en que nuestro cuerpo responde a la alimentación y a los tratamientos para perder peso. “Cada fenotipo tiene una predisposición genética que interactúa de manera distinta con el ambiente. Algunas personas sienten hambre entre comidas, otras solo necesitan un gran alimento al día, y todo esto está determinado genéticamente”, explica.
Cuatro fenotipos, cuatro maneras de vivir la obesidad
Los estudios de la Mayo Clinic han identificado cuatro fenotipos principales:
- Cerebro hambriento: Estas personas no sienten saciedad, aun después de comer grandes cantidades de alimento. Tienden a repetir porciones y suelen tener antecedentes familiares de obesidad.
- Intestino hambriento: Aunque sienten saciedad al comer, su intestino no envía la señal correcta al cerebro, lo que provoca que sientan hambre entre comidas. En estos casos, los medicamentos basados en semaglutida, como Wegovy, Ozempic y Rybelsus, pueden ayudar a mejorar la comunicación entre el intestino y el cerebro.
- Hambre emocional: Son personas que recurren a la comida como una forma de afrontar sus emociones, ya sea en momentos de felicidad o estrés.
- Metabolismo lento: Tienen un gasto calórico reducido, lo que significa que su cuerpo no quema las calorías de manera eficiente, dificultando la pérdida de peso.
Un enfoque personalizado para perder peso
Con base en estos fenotipos, los especialistas buscan desarrollar tratamientos más efectivos y personalizados, incluyendo dietas adaptadas y medicamentos específicos. Hasta ahora, muchas dietas se han centrado en reducir riesgos de enfermedades asociadas a la obesidad, como la diabetes tipo 2 o los problemas cardíacos, pero pocas han sido diseñadas para ajustarse a los fenotipos individuales.
La Mayo Clinic también trabaja en procedimientos endoscópicos y en colaboración con cirujanos bariátricos para identificar qué pacientes responderán mejor a cada tratamiento. “Queremos llevar la medicina de precisión a la obesidad, tal como lo hacemos con otras enfermedades”, concluye Acosta.
Si has intentado de todo sin éxito, tal vez el problema no sea la falta de disciplina, sino que no has encontrado el tratamiento adecuado para tu tipo de obesidad. La personalización puede ser la clave para alcanzar un peso saludable de manera sostenible.