Aquiles Cantarell, el periodista que narró el futuro


Había una frase que Aquiles Cantarell Martínez repetía con frecuencia: “Siempre hay algo que aprender, que encontrar, que descubrir y que sentir.” Si alguien vivió bajo esa filosofía, fue él. Más que periodista de tecnología, Aquiles fue un cronista del futuro, un historiador del presente y un explorador incansable de ideas. No solo documentó la evolución de la computación en México, sino que también se convirtió en protagonista de esa historia, dejando una huella imborrable en el periodismo tecnológico del país.

Niño curioso en Campeche

Nacido en 1959 en Campeche, Aquiles creció rodeado de libros, historias y preguntas. Desde pequeño demostró una inteligencia y una curiosidad insaciables. En su infancia, antes de que aprendiera a leer, se entretenía inventando teorías sobre la vida. Una de sus primeras hipótesis científicas —recogida en anécdotas familiares— explicaba que los pisos del baño eran resbalosos porque los zapatos aplastaban microbios, y su sangre invisible creaba una superficie resbaladiza. Con esa lógica inquebrantable, convenció a su hermano de pisotear el suelo con furia, en un esfuerzo por exterminar a los “malévolos gérmenes”.

Desde muy joven devoraba libros. Su madre, profesora universitaria, fomentó en él el amor por la lectura. No tardó en sumergirse en colecciones completas, como El Tesoro de la Juventud, donde descubrió las aventuras de Robinson Crusoe, Los Tres Mosqueteros y La Isla del Tesoro. A los 11 años, su biblioteca personal ya era vasta, y su capacidad de narrar historias lo hacía parecer un viejo sabio en el cuerpo de un niño.

De la historia al futuro

Su formación académica lo llevó a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde estudió Historia. En aquellos años, Aquiles se movía entre la militancia política, el amor por la literatura y la fascinación por la arqueología maya. Pero fue en la investigación tecnológica donde encontró su verdadera vocación.

En 1981, ingresó a la revista del CONACYT, donde empezó a combinar su talento como escritor con su interés por la ciencia. Pronto se dio cuenta de que la tecnología se convertiría en el motor del futuro y decidió especializarse en este campo. En 1985 fundó Decisión BIT, una de las primeras revistas mexicanas dedicadas exclusivamente a la computación.

Su rigor periodístico lo llevó a la televisión y la radio, donde participó en programas como Byte por Byte en MVS Radio y Password en TV 40. En cada espacio donde participaba, combinaba su vasto conocimiento con un sentido del humor afilado y una actitud crítica que desafiaba a la industria tecnológica.

El boom del internet y su etapa en televisa

Cuando internet comenzó a expandirse en México, Aquiles supo que el periodismo debía adaptarse. En el año 2000 asumió la dirección del área de tecnología y cultura del portal EsMas.com de Grupo Televisa. En plena burbuja de las punto com lideró un equipo del cual formé parte en el que experimentamos con nuevas formas de narrar la actualidad tecnológica en la web. Fue buena oportunidad para reformar nuestra amistad y enfocarnos en los temas sin “clavarnos en la textura”, como solía decir.

En los años 90, cuando las computadoras personales y el software estaban revolucionando la vida cotidiana, Aquiles estuvo al frente de publicaciones clave, como PC Semanal (1992), Infochannel (1994-1997) y Canales TI (1997-2005). En cada una de estas trincheras, su misión fue acercar la tecnología a los lectores con un estilo ameno, preciso y sin concesiones.

Uno de los momentos más significativos de esta etapa fue la cobertura de las elecciones del 2000, una de las primeras grandes coberturas digitales en México. Mientras los medios tradicionales aún dependían del papel y la televisión, Aquiles y su equipo demostraron que Internet podía ser un canal informativo de primer nivel.

Durante esa época, quienes trabajamos con él recordamos las jornadas maratónicas y su carácter exigente. No toleraba la mediocridad ni las imprecisiones. Cuando algo no estaba bien, su reacción era explosiva, pero siempre con la intención de mejorar el trabajo de su equipo. Sus colaboradores sabíamos que, aunque a veces fuera rudo, detrás de su temperamento había una exigencia consigo mismo aún mayor.

Historia de la computación en México

Si algo distinguió a Aquiles, fue su capacidad para convertir el conocimiento en legado. No se conformó con reportar las noticias tecnológicas del momento; quiso documentar su impacto en la historia. Así nació la serie de libros Historia de la Computación en México, un ambicioso proyecto que recorrió desde la década de 1960 hasta los años 2000.

Este trabajo, compuesto por cinco tomos, se convirtió en referencia obligada para entender la evolución de la informática en el país. En La Era del Internet, el quinto volumen de la serie, analizó cómo la llegada de la red transformó la sociedad mexicana entre los años 2000 y 2009.

Pasión por la ciencia ficción, la música y el karate

Aunque su vida giraba en torno a la tecnología, Aquiles era un hombre de múltiples pasiones. Amaba la ciencia ficción y solía decir que los mejores periodistas tecnológicos eran también buenos lectores del género. Para él, la obra de Isaac Asimov, Arthur C. Clarke y Philip K. Dick no solo era entretenimiento, sino una guía para comprender el futuro.

Su otra gran pasión era la música. Su colección de discos y CDs superaba los miles. En su casa no faltaban los vinilos de Pink Floyd, Genesis, Dead Can Dance o León Gieco. Su hijo, Alexei, heredó esa vena musical y se convirtió en músico.

Además, era un amante de las artes marciales. Desde su juventud practicó karate y en su adultez alcanzó el grado de cinta negra, segundo dan, en la escuela Shotokan. Para él, el karate no solo era un deporte, sino una disciplina de vida que lo ayudaba a mantener el equilibrio entre su energía inagotable y su mente analítica.

Adiós a un pionero

El 17 de enero de 2025, Aquiles Cantarell Martínez falleció, dejando un enorme vacío en el periodismo tecnológico mexicano. Su partida fue recibida con pesar por colegas, amigos y familiares, quienes reconocieron su invaluable legado.

Su hermano Ulises lo describió como un hombre que “hizo historia, escribió historia y al final, se convirtió en historia”. Su hijo Alexei lo despidió tocando en su honor una de sus canciones favoritas, en un homenaje que encapsuló el espíritu de un hombre que vivió intensamente y dejó huella en todos los que lo conocieron.

Pero Aquiles no solo nos dejó su trabajo; nos legó un ejemplo de vida. La vida de alguien que nunca dejó de aprender, de escribir y de compartir su conocimiento. De alguien que narró el futuro con la misma pasión con la que exploraba el pasado.