¿Hay alianza entre el Estado mexicano y los cárteles?

En un comunicado oficial emitido hace unos días, la Casa Blanca declaró que existe una “alianza intolerable” entre las organizaciones de narcotráfico mexicanas y el gobierno de México. Esta afirmación, que ha sacudido a ambos lados de la frontera, fue analizada en profundidad por Joshua Treviño en un artículo publicado en The Spectator. Según Treviño, esta alianza no sólo representa una amenaza para la seguridad de Estados Unidos, sino que también revela una complicidad histórica entre las autoridades mexicanas y los cárteles de droga, particularmente el Cártel de Sinaloa.

El artículo sostiene que el expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) mantuvo una relación estrecha y abierta con los cárteles durante su mandato (2018-2024). Entre los ejemplos citados se encuentran las visitas de AMLO a Badiraguato, cuna del Cártel de Sinaloa, su encuentro con la madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y su intervención para liberar a Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante, tras su captura. Además, AMLO habría impedido que agentes estadounidenses operaran en México y prometió usar las fuerzas armadas mexicanas para proteger a los cárteles de acciones estadounidenses.

Treviño también menciona investigaciones del Departamento de Justicia de EE.UU. que vinculan a AMLO con el Cártel de Sinaloa, y sugiere que el expresidente recibió financiamiento a cambio de protección política. Aunque estas investigaciones fueron cerradas durante el gobierno de Barack Obama, su resurgimiento en medios como ProPublica y The New York Times provocó la ira de AMLO, quien llegó a amenazar a los periodistas involucrados.

La situación no cambió con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México en octubre de 2024. Sheinbaum, descrita como una tecnócrata sin independencia política, ha mantenido intacto el aparato de MORENA, el partido en el poder, junto con sus vínculos con los cárteles. Según el artículo, esta red de complicidad incluye a figuras como el general Salvador Cienfuegos, conocido como “El Padrino” en círculos narcotraficantes, y Adán Augusto López, exsecretario de Gobernación, quien habría integrado a líderes del Cártel Jalisco Nueva Generación en su equipo en Tabasco.

La influencia de los cárteles y del gobierno mexicano no se limita al territorio nacional. Treviño señala que MORENA tiene células en ciudades estadounidenses, donde organiza eventos públicos y presiona a medios de comunicación. Además, los consulados mexicanos en EE.UU. protegen a migrantes indocumentados, asegurando el flujo de remesas, una importante fuente de ingresos para los cárteles.

La declaración de la Casa Blanca ha expuesto una cruda realidad: un gobierno mexicano que, en lugar de proteger a su pueblo, parece optar por aliarse con el crimen organizado. Mientras México responde con un nacionalismo hueco y defensivo, Estados Unidos evalúa acciones contundentes para frenar lo que considera una amenaza directa a su seguridad. Esta alianza no sólo traiciona a los ciudadanos mexicanos, que han sufrido por décadas la violencia de los cárteles, sino que también revela una complicidad que prioriza los intereses de unos pocos sobre la vida y la dignidad de millones. ¿Hasta cuándo un gobierno que protege más a los narcotraficantes que a su propia gente?