Si bien es cierto que los consumidores han enfrentado aumentos moderados en los precios de las gasolinas, las finanzas públicas han soportado el peso de estas medidas, lo que plantea preguntas sobre la viabilidad de esta estrategia en un entorno global de alta volatilidad energética.
El comportamiento de los precios de las gasolinas en las estaciones de servicio (ES) con respecto a la inflación entre enero de 2018 y enero de 2025 refleja una interacción compleja entre factores internacionales, políticas gubernamentales, costos de producción y logística, así como ajustes fiscales en el mercado mexicano. A continuación, se presentan algunos puntos clave para analizar este comportamiento:
1. Contexto de precios internacionales y tipo de cambio
Desde 2018, los precios de las gasolinas en México han estado significativamente influenciados por el costo internacional del petróleo (medido en dólares por barril) y por la volatilidad del tipo de cambio peso-dólar. Entre 2018 y 2020, los precios del crudo experimentaron altibajos debido a fluctuaciones en la demanda global, exacerbadas por la pandemia de COVID-19 en 2020. Sin embargo, el periodo postpandemia (2021-2023) trajo consigo un aumento sustancial en los precios internacionales, en parte impulsado por conflictos geopolíticos, como la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022.
Dado que el tipo de cambio ha mostrado volatilidad en los últimos años (con promedios cercanos a $19-$22 pesos por dólar, alcanzando niveles más altos en 2022), el impacto sobre el costo de importación de gasolinas ha sido evidente, presionando los precios al consumidor en las ES.
2. Inflación general y su comparación con el precio de las gasolinas
Entre enero de 2018 y enero de 2025, la inflación en México ha mostrado una tendencia acumulada significativa, con tasas anuales promedio del 5-7% en varios años, especialmente durante el periodo 2021-2023, cuando la inflación alcanzó niveles máximos en dos décadas.
Sin embargo, los precios de las gasolinas no siempre han subido en proporción a la inflación general. Esto se debe a dos factores principales:
- Control del IEPS: El gobierno federal ha utilizado el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) como una herramienta para amortiguar los aumentos en los precios internacionales. En 2022 y 2023, por ejemplo, se implementaron subsidios importantes que, en algunos momentos, redujeron el IEPS casi a cero. Esta política contribuyó a desacoplar parcialmente el precio de las gasolinas de la inflación general, aunque a un alto costo fiscal.
- Mercado liberalizado: Desde la liberalización del mercado de combustibles en 2017, las ES han tenido mayor flexibilidad para fijar precios. Sin embargo, la competencia ha incentivado que los aumentos de precio se moderen en algunos mercados locales.
Por ejemplo, datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) muestran que el precio promedio nacional de la gasolina Magna (la de mayor consumo) pasó de $16.45 pesos por litro en enero de 2018 a aproximadamente $23-$24 pesos por litro en enero de 2025. Esto representa un aumento acumulado cercano al 45-50% en ese periodo, mientras que la inflación acumulada se ubicaría en un rango del 50-55%, lo que indica que el precio de las gasolinas ha tenido un comportamiento ligeramente menor al de la inflación general.
3. Factores de costos internos
El precio de las gasolinas en las ES también está influido por costos internos, como el transporte, almacenamiento y márgenes de utilidad. La infraestructura de distribución sigue siendo un desafío en México, donde más del 60% de las gasolinas son importadas, lo que genera costos adicionales en la cadena de suministro. A pesar de esto, los subsidios aplicados al IEPS han ayudado a evitar que estos costos se reflejen plenamente en los precios finales.
4. Impacto de las políticas energéticas
La política energética del gobierno federal ha jugado un papel clave en moderar los precios. Además del manejo del IEPS, la apuesta por la autosuficiencia energética, incluida la construcción de la refinería de Dos Bocas y la rehabilitación de otras refinerías, busca reducir la dependencia de las importaciones. Sin embargo, los resultados de estas políticas aún son inciertos, ya que la capacidad de refinación doméstica no ha incrementado sustancialmente hasta enero de 2025.
5. Perspectiva final
Aunque los precios de las gasolinas han mostrado un aumento constante entre 2018 y 2025, su crecimiento ha sido relativamente controlado en comparación con la inflación general, gracias a los subsidios fiscales y a las políticas de estabilización implementadas por el gobierno. Sin embargo, este control tiene un costo fiscal significativo, que podría no ser sostenible a largo plazo.