Un nuevo informe de Worldpanel by Numerator revela que avanzar en hábitos sostenibles se vuelve más difícil en América Latina, justo cuando la COP30 congrega la mirada global en Brasil.
Panorama regional con luces y sombras
En el contexto de la COP30, que tiene lugar en la ciudad de Belém (Pará, Brasil) y concentra el debate global sobre el futuro climático del planeta, el estudio “Sustentar para Ganhar” de Worldpanel by Numerator presenta un diagnóstico complejo para América Latina.
La investigación, basada en más de 15,000 entrevistas en nueve mercados de la región, incluye países de América Central (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá), además de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú.
Los datos muestran que el 36 % de los consumidores latinoamericanos consideran que ahora es más difícil adoptar hábitos sostenibles, y sólo un tercio reconoce que su propia conducta contribuye al daño ambiental; la mayoría (40 %) prefiere responsabilizar a las industrias.
¿Qué ocurre en Brasil?
En Brasil, el contexto resalta todavía más. A pesar de que el 66 % de la población declara que los cambios climáticos constituyen un problema para la humanidad, el compromiso activo ha caído: el segmento identificado como “Eco-Actives” disminuyó del 28 % en 2024 al 22 % en 2025.
Por su parte, los “Eco-Dismissers” —aquellos consumidores que demuestran poca iniciativa hacia la sostenibilidad— aumentaron del 38 % al 40 %. En este país la proporción de Eco-Dismissers alcanza un alarmante 66 %.
Las barreras son múltiples: factores económicos, falta de información y confusión frente al reciclaje y la reutilización de materiales aparecen como obstáculos principales.
Claves de fricción: información, hábitos y brechas
El estudio subraya que más allá del deseo de cambio, persistirán las brechas estructurales. Por ejemplo, un 47 % de los participantes indicó que no entiende las etiquetas de reciclaje, y un 51 % no sabe qué hacer con envases biodegradables.
Los índices de reciclaje reportados refuerzan esa desconexión: sólo el 64 % afirma separar pilas y baterías, el 58 % vidrio y el 55 % aluminio.
Dentro del segmento Eco-Dismissers, hay una oportunidad significativa para marcas y políticas públicas: este grupo mueve aproximadamente 31.8 mil millones de euros en el mercado de bienes de consumo masivo y el 40 % dice que intenta adoptar prácticas más sostenibles. De ese conjunto, el 10 % jamás ha comprado productos con materiales reciclados pero le gustaría hacerlo, y otro 10 % muestra igual disposición frente al uso de ingredientes locales.
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La COP30 como oportunidad estratégica
Que la COP30 se realice en Brasil otorga una plataforma relevante para cambiar la narrativa y acelerar la transición hacia un consumo más responsable. Según la directora de Worldpanel by Numerator, Kesley Gomes, “educar, facilitar e inspirar el consumo sostenible será esencial para transformar la preocupación ambiental en acción concreta”.
Las empresas que se muestren como agentes de confianza y transformación —y las políticas públicas que efectivamente eliminen barreras— podrían no solo obtener mejores resultados de negocio, sino también construir una base de credibilidad ante un consumidor escéptico pero aún dispuesto.
¿Hacia dónde mirar en América Latina?
Los datos del estudio señalan que no basta con emitir mensajes de concienciación: el reto es movilizar el comportamiento. Las marcas que desean liderar en esta materia tendrán que:
- mejorar la claridad de la información sobre reciclaje y envases biodegradables,
- facilitar la compra de productos sostenibles con estructuras de precio y distribución competitivas,
- dirigirse de forma más directa a los segmentos que aún se muestran pasivos (Eco-Dismissers) pues ahí reside una palanca de crecimiento.
En un momento como el actual, en que el debate mundial sobre la crisis climática se intensifica, América Latina tiene una lupa puesta sobre sus avances y contradicciones.
