Eficiencia energética: clave para un futuro sostenible

En el marco del Día Mundial del Ahorro de Energía, la eficiencia energética en la industria cobra relevancia como una herramienta esencial para combatir el cambio climático y mejorar la competitividad económica de las empresas. El sector industrial, responsable de gran parte del consumo energético global, tiene un amplio margen para mejorar sus prácticas y reducir su huella de carbono. América Latina y el Caribe, en particular, se enfrentan a un alto consumo de energía combinado con baja productividad, lo que resalta la urgencia de adoptar soluciones más eficientes.

Empresas como 3M han demostrado que la innovación y el compromiso son factores clave en este proceso. Desde 2002, la compañía ha reducido su huella de carbono en un 75% y actualmente el 50% de su electricidad proviene de fuentes renovables. En América Latina, este porcentaje sube al 70%, impulsado por proyectos de energía eólica, solar e hidroeléctrica.

Además, 3M no solo lidera el camino en sus operaciones, sino que también ofrece soluciones para que otras empresas hagan la transición hacia energías limpias. En lugares como Dakota del Sur y Minnesota, la compañía ha colaborado con proveedores locales de servicios públicos para facilitar el acceso a energía renovable, creando un efecto multiplicador en la industria.

La Agencia Internacional de Energía considera la eficiencia energética como el “primer combustible”, una opción más limpia y económica frente a otras alternativas. Esto es crucial, dado que el consumo de energía es responsable del 60% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Empresas con un enfoque innovador tienen un 20% más de eficiencia energética, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo. Esto demuestra que, además de ser un imperativo ambiental, la eficiencia energética es una oportunidad para mejorar la competitividad a largo plazo. Como subraya Jimena Marmolejo, de 3M México, “no es solo una responsabilidad ambiental, sino también una oportunidad para la sostenibilidad económica”.

En definitiva, el sector industrial tiene en sus manos la capacidad de liderar el cambio hacia un futuro más sostenible a través de la adopción de tecnologías innovadoras y la implementación de estrategias ambiciosas de eficiencia energética.