Ante la inminente llegada de las elecciones en México y otros lugares del mundo, la protección de la infraestructura crítica, incluida la electoral, es esencial para garantizar un proceso democrático seguro y transparente. Esta necesidad se hace más urgente con la proliferación de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), capaz de crear desde bots hasta sitios web y noticias falsas que pueden influir negativamente en la opinión pública.
Según Sergio Martínez, director de Investigación y Desarrollo de IQSEC, más de la mitad del tráfico de Internet en México es generado por bots. Este panorama pone de relieve la importancia de la educación y la concienciación sobre los riesgos digitales como defensas primarias para la seguridad y privacidad en línea de los ciudadanos.
Es preocupante que, aunque las redes sociales son la principal fuente de noticias para el 61% de los mexicanos, el 67% reconoce que también son un canal para la propagación de información falsa. Esto se refleja en la encuesta global realizada por la UNESCO e Ipsos, donde un 85% de los encuestados expresa preocupación por el impacto de la desinformación en línea y el 87% considera que ya ha afectado la política de su país.
El informe “Imperva Bad Bot 2024” destaca que en 2023, el 53% del tráfico de Internet en México fue generado por bots, un incremento del 8% respecto al año anterior. Los sectores más afectados fueron las telecomunicaciones, las apuestas en línea, los videojuegos, el turismo y el entretenimiento.
Frente a esta situación, los expertos sugieren fortalecer la resiliencia de la infraestructura crítica, incluyendo la electoral. Recomiendan seguir guías internacionales como la “Securing election infrastructure against the tactics of foreign malign influence operations”, diseñada para preservar la integridad del proceso electoral en Estados Unidos, pero aplicable en México. Esta guía subraya la necesidad de estar alerta ante el uso de herramientas de IA que generan contenido falso, exacerbando divisiones sociales y amplificando la polarización.
Para proteger los sistemas y el contenido oficial, se recomienda mantener privadas las cuentas de redes sociales, desactivar perfiles inactivos, eliminar información personal identificable y establecer protocolos de ciberseguridad robustos. Estos incluyen el uso de doble factor de autenticación, añadir marcas de agua para verificar la autenticidad del contenido y comprobar siempre la fuente antes de compartir información.
La lucha contra la desinformación y los ataques cibernéticos es una tarea continua que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad para asegurar la integridad de nuestro proceso democrático.