Cada vez más mujeres están ocupando cargos directivos y destacando en diferentes ámbitos en todo el mundo, pero aún enfrentan el desafío de tener que demostrar constantemente su talento. El síndrome de la impostora es un fenómeno que afecta tanto a hombres como a mujeres, pero parece predominar en el mercado laboral femenino.
Este síndrome se basa en preconcepciones que hacen ver a las personas como inseguras y con falta de confianza, lo que les hace dudar de sus habilidades y sentirse vulnerables e impostoras. La primera vez que se habló de este síndrome fue en 1978 y se mostró que afecta de manera desproporcionada a las mujeres que ocupan cargos directivos, a quienes les resulta difícil aceptar sus logros y cuestionan si merecen elogios por su trabajo.
Además, el síndrome de la impostora no se limita al trabajo, sino que también afecta la necesidad de aprobación constante y masiva de todo lo que hacen. Este síndrome ha tomado fuerza en los últimos años, afectando principalmente a los millennials, que fueron educados por padres que enviaron mensajes mixtos, combinando elogios y críticas, lo que aumentó el riesgo de sentimientos fraudulentos.
La presión social y el uso masivo de las redes sociales también pueden aumentar la sensación de impostura en este grupo generacional. La profesora Maite Moreno de EAE Business School responde preguntas clave sobre el síndrome de la impostora y su impacto en la sociedad.
¿Cuáles son sus síntomas?
Algunos de los síntomas son:
Incapacidad para evaluar de manera realista sus competencias y habilidades.
Atribuyen su éxito a factores externos (locus of control externo)
Miedo a no estar a la altura de las expectativas
Sabotean su propio éxito
Dudan de sí mismas
Establecen metas muy desafiantes y se sienten decepcionadas con no las consiguen
¿Puede afectar el desempeño laboral?
Sí, si no se trata a tiempo puede traer un impacto negativo en sus carreras profesionales, porque contribuye a la ansiedad, al aumento de las dudas y los temores persistentes al fracaso. Por eso, quienes lo sufren, siempre quieren demostrar que son capaces, por eso trabajan en exceso, se sugiere reevaluar esto.
¿Tiene algún tratamiento el síndrome?
Actualmente no existe un tratamiento específico para el síndrome de la impostora, uno de los primeros pasos para superarlo es reconocer los pensamientos de frustración y ponerlos en perspectiva, analizando si ese pensamiento me ayuda o me genera frustración. También es importante acudir a psicología si la autoestima se ve vulnerada.
“Los psicólogos afirmamos que debemos aprender a pensar como no impostores, aprender a valorar las críticas constructivas, comprender que en realidad lo que está haciendo la persona que lo sufre es ralentizar a su equipo cuando no pide ayuda. También conviene recordar que cuanto más se practique una habilidad, mejor lo hará.” concluye Maite, docente de EAE Business School.