Hidrocarburos: más control y menos margen

Con la desaparición de la CRE y la publicación de la reforma al Reglamento de la Ley de Hidrocarburos, la Secretaría de Energía centraliza el control regulatorio y amplía sus facultades. Para los empresarios gasolineros, esto implica más vigilancia, requisitos más estrictos y riesgos operativos si no se alinean con las nuevas disposiciones.

La publicación este martes de la reforma al Reglamento de la Ley de Hidrocarburos en el Diario Oficial de la Federación marca un nuevo punto de inflexión en la política energética del país. La Secretaría de Energía (Sener) —ahora órgano rector único en materia de regulación tras la extinción de la CRE— recibe nuevas facultades que consolidan un modelo más restrictivo y centralizado, con implicaciones directas para los empresarios gasolineros, en particular aquellos que han operado fuera del modelo tradicional de suministro estatal.


Centralización total: Sener asume el control operativo y regulatorio

La reforma refuerza la figura de la Sener como autoridad única en la gestión de permisos de expendio, transporte, almacenamiento y comercialización de petrolíferos, así como en las facultades de vigilancia, intervención y revocación.

Ahora, la Sener podrá:

  • Negar, modificar o revocar permisos cuando detecte riesgos a la seguridad nacional, energética o a la economía del país.
  • Imponer suspensiones provisionales inmediatas, sin agotar previamente procedimientos administrativos completos.
  • Revisar el cumplimiento de condiciones técnicas, financieras y fiscales, incluso en permisos ya otorgados.

“Ya no hablamos solo de requisitos normativos, sino de una evaluación constante de alineación con los objetivos estratégicos del Estado. Esto trasciende lo técnico y se vuelve político”, señaló un exfuncionario del sector energético.


Supervisión retroactiva y revisión masiva de permisos

Uno de los cambios más sensibles es la posibilidad de revisar de forma retroactiva los permisos vigentes, lo que incluye:

  • Verificar si el permisionario ha realizado las inversiones comprometidas.
  • Comprobar si la estación de servicio ha mantenido operación continua.
  • Revisar nuevamente la validez de la documentación presentada al momento de tramitar el permiso.

➡️ Para los empresarios del sector, esto implica riesgo regulatorio acumulado: permisos obtenidos de buena fe, pero con trámites poco estandarizados o carencias de respaldo documental, podrían ser objeto de revisión y potencial cancelación.


Logística, almacenamiento y trazabilidad: nuevas exigencias

Aunque no se modifican directamente las reglas de almacenamiento mínimo, la reforma vincula el otorgamiento y mantenimiento de permisos al cumplimiento de obligaciones logísticas, incluyendo:

  • Contratos formales de almacenamiento o importación.
  • Documentación comprobable del origen lícito del combustible.
  • Cumplimiento fiscal y aduanero riguroso, en coordinación con el SAT y la Agencia Nacional de Aduanas.

Estaciones que dependan de esquemas informales o fragmentados enfrentan así una mayor presión operativa y documental.


Fiscalización como nuevo eje regulador

El documento también integra un enfoque fiscalista, habilitando a la Sener para revocar permisos ante:

  • Omisiones o discrepancias fiscales relevantes.
  • Incumplimientos sistemáticos ante la autoridad tributaria.
  • Participación comprobada en esquemas de evasión, triangulación o distribución ilegal.

Esto refleja una política de “tolerancia cero” hacia cualquier actor que opere al margen de la legalidad financiera o tributaria.

“Hoy el permiso no implica solamente vender combustible; implica demostrar, en todo momento, que ese combustible es legal, trazable y fiscalmente limpio”, explicó un consultor energético.


Concentración y recienteralización del mercado

Estas reformas se insertan en una tendencia mayor que busca reducir la fragmentación del mercado y consolidar la operación bajo esquemas alineados con los intereses del Estado. Esto podría tener como efectos colaterales:

  • Menor diversidad de modelos de negocio, debido al alto costo regulatorio de cumplir con los nuevos estándares.
  • Mayor concentración en grupos integrados verticalmente, que pueden solventar el cumplimiento documental y fiscal.
  • Desaparición progresiva de operadores independientes, especialmente en regiones con baja rentabilidad.

Recomendaciones para el empresario gasolinero

En este contexto, los empresarios deben adoptar una postura de prevención regulatoria activa:

  1. Auditar sus permisos actuales, verificar documentación y corregir cualquier área gris.
  2. Formalizar sus esquemas logísticos, incluyendo contratos de suministro y almacenamiento.
  3. Fortalecer la trazabilidad del producto, mediante herramientas tecnológicas y controles internos.
  4. Asegurar cumplimiento fiscal total, sin tolerancia a irregularidades por pequeñas que parezcan.

La reforma publicada el 24 de junio de 2025 no solo modifica el reglamento: modifica las reglas del juego. En un entorno donde la regulación es más estricta, centralizada y fiscalizada, los empresarios gasolineros deberán evolucionar hacia esquemas más formales, trazables y alineados con la política energética nacional. El margen de maniobra se reduce, pero quienes logren adaptarse podrán consolidarse en un mercado más exigente pero también más estructurado.