Ciudades inteligentes: futuro seguro y conectado

Las ciudades del presente están transformándose gracias a la tecnología, y este cambio busca mejorar la vida de todos. Luis Bonilla, gerente de desarrollo de negocio e ingeniería de ventas para Latinoamérica en Axis Communications, explica que las ciudades inteligentes son una realidad que combina innovación y herramientas modernas para enfrentar los retos del crecimiento urbano. Estas soluciones no sólo mejoran la seguridad y la movilidad, sino que también hacen que la vida cotidiana sea más cómoda y eficiente para los ciudadanos. Con más de mil millones de cámaras de vigilancia instaladas alrededor del mundo —lo que equivale a una cámara por cada ocho personas—, la videovigilancia se ha convertido en un pilar esencial para proteger a las comunidades y garantizar que las ciudades evolucionen de manera ordenada.

El crecimiento de la población urbana es un desafío cada vez mayor. Según proyecciones, para el año 2030 cerca de 5 mil millones de personas vivirán en ciudades, lo que obliga a buscar formas de optimizar recursos y mantener la seguridad. Por eso, las soluciones tecnológicas son tan importantes. Las cámaras modernas no sólo graban imágenes: gracias a sus funciones avanzadas, pueden analizar lo que ocurre a su alrededor. Por ejemplo, detectan patrones sospechosos, generan alertas automáticas y hasta reconocen rostros o placas de vehículos en tiempo real. Esto permite a las autoridades anticiparse a problemas antes de que se conviertan en emergencias. Además, la integración de altavoces, postes de emergencia con intercomunicadores y luces inteligentes ayuda a prevenir delitos al disuadir a quienes podrían cometerlos. Estas herramientas no buscan reemplazar a la policía, sino darles un apoyo valioso para que puedan proteger mejor a la población.

Un caso concreto es el de Villa El Salvador, un distrito costero de Lima, Perú, donde viven unas 432 mil personas. Allí, la instalación de 400 cámaras de videovigilancia de alta tecnología logró reducir la delincuencia en un impresionante 29.2%. Entre estas cámaras, 30 tienen reconocimiento facial, 20 pueden leer placas de autos mediante analíticas avanzadas, 150 ofrecen vistas panorámicas de 360 grados y 200 cuentan con movimientos precisos de giro, inclinación y zoom. Este sistema permite a las autoridades monitorear detalladamente lo que ocurre, identificar a personas o vehículos involucrados en incidentes y reaccionar con rapidez. La combinación de estas tecnologías con otros elementos, como postes de emergencia y sistemas de audio, ha creado un entorno más seguro y ha fortalecido la confianza de los habitantes en sus calles.

Por otro lado, la movilidad urbana es un tema que afecta a millones diariamente. El aumento de la población en las ciudades ha traído consigo más autos y, por lo tanto, más congestión vehicular. Un estudio de 2023 de Statista revela datos preocupantes: en la Ciudad de México las personas pierden en promedio 152 horas al año atrapadas en el tráfico; en Lima, 157; en Bogotá, 117; en Recife, 116; y en Belo Horizonte, 109. Estas cifras muestran cómo el tiempo perdido en las calles impacta la economía, el medio ambiente y la calidad de vida. Aquí es donde la tecnología vuelve a ser una aliada. Las cámaras con análisis de video inteligente pueden detectar accidentes al instante, identificar infracciones mediante el reconocimiento de matrículas y evaluar cómo se mueve el tráfico en tiempo real. Con esta información, las autoridades pueden tomar decisiones rápidas, como ajustar los semáforos o desviar autos para aliviar los embotellamientos.

Pero las soluciones van más allá. Los sistemas de audio en red, por ejemplo, permiten a las ciudades transmitir mensajes importantes en lugares públicos, como advertencias sobre el tráfico o indicaciones en caso de emergencias. Esto no sólo mejora la experiencia de quienes usan las calles, sino que también crea una sensación de orden y seguridad. La inteligencia artificial y el aprendizaje profundo, que son tecnologías que permiten a las máquinas “aprender” y adaptarse, hacen que un solo dispositivo pueda resolver varios problemas a la vez. Por ejemplo, una cámara puede vigilar una calle, controlar el tráfico y emitir alertas, todo al mismo tiempo, lo que resulta práctico y económico para las ciudades.

El desarrollo tecnológico es mucho más que un avance: es una necesidad para las ciudades que quieren seguir creciendo sin sacrificar la seguridad ni la calidad de vida de sus habitantes. Las ciudades inteligentes no sólo responden a los retos de hoy, como el crimen o los atascos, también preparan el terreno para un futuro más conectado y eficiente. Con herramientas como estas, las autoridades y los ciudadanos pueden trabajar juntos, fortaleciendo la comunicación y construyendo comunidades donde todos se sientan protegidos y escuchados. La tecnología, bien utilizada, es el puente hacia urbes más amables y sostenibles.