Los aranceles de EE.UU. golpean a Norteamérica y dan un respiro a sus rivales

El mensaje oficial de la Casa Blanca, publicado ayer en la cuenta de X (@WhiteHouse), intensifica aún más la crisis entre México y Estados Unidos al acusar directamente al gobierno mexicano de mantener una alianza con los cárteles de la droga. En el comunicado, la administración de Donald Trump justifica la imposición del arancel del 25% como una medida de presión para obligar a México a colaborar en la lucha contra el tráfico de drogas. “Los cárteles mexicanos son los principales traficantes de fentanilo, metanfetaminas y otras drogas en el mundo. Estos cárteles tienen una alianza con el gobierno de México y ponen en peligro la seguridad nacional y la salud pública de Estados Unidos”, señala el comunicado.

Estas declaraciones representan una escalada sin precedentes en la relación bilateral, pues no solo impactan el ámbito comercial, sino que también colocan a México en una posición internacional altamente desfavorable, al ser señalado como un cómplice del narcotráfico. A pesar de la gravedad de las acusaciones, hasta el momento el gobierno mexicano no ha emitido una respuesta contundente, lo que genera aún más incertidumbre sobre su capacidad para manejar el conflicto tanto en el frente económico como en el diplomático.

Severo golpe

La decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer aranceles del 25% a las mercancías provenientes de México y Canadá marca un severo golpe a la competitividad de la región, mientras otras economías en el mundo avanzan con estrategias de integración y libre comercio. De acuerdo con Edmundo Enciso Villarreal, presidente de las Comisiones de Nearshoring y Comercio Exterior de la Coparmex Ciudad de México, esta medida llevará a Norteamérica a una espiral de costos elevados, inflación y desaceleración económica, poniendo en riesgo su liderazgo global.

Bajo el pretexto de una “emergencia económica nacional”, el gobierno de Donald Trump ha justificado esta medida con base en la International Emergency Economic Powers Act (IEEPA), argumentando que México y Canadá han permitido el flujo de migrantes y fentanilo a su territorio. Sin embargo, la imposición de estos aranceles contradice flagrantemente el espíritu del T-MEC, tratado que garantiza un trato arancelario preferencial entre los tres países y prohíbe nuevas barreras comerciales sin causa justificada.

Aunque el tratado contempla excepciones por razones de seguridad, Enciso Villarreal sostiene que esta acción no fortalece la economía estadounidense, sino que la debilita. El encarecimiento de productos esenciales y la fractura del bloque comercial afectarán tanto a consumidores como a industrias que dependen de insumos de sus socios comerciales.

Consecuencias devastadoras para la economía de EE.UU.

Para Estados Unidos, los aranceles sobre bienes mexicanos y canadienses tendrán un impacto adverso en múltiples frentes:

  • Aumento en costos de importación, lo que se trasladará a los consumidores en forma de inflación.
  • Disrupción en las cadenas de suministro, afectando la producción manufacturera.
  • Desviación del comercio hacia otros países, dejando fuera a los productores estadounidenses.
  • Represalias comerciales de México y Canadá, que perjudicarán a las empresas exportadoras de EE.UU.
  • Pérdida de competitividad regional, debilitando a Norteamérica frente a bloques como la Unión Europea y Asia.

El golpe para México: recesión y pérdida de inversiones

Para México, la medida supone una amenaza directa a su estabilidad económica. La reducción de exportaciones, la salida de inversiones y la presión sobre el tipo de cambio podrían llevar al país a una recesión. Standard and Poor’s ya ha advertido que esta situación provocaría una caída en la inversión privada y un aumento del desempleo.

Entre los efectos negativos que enfrentará México destacan:

  • Menor flujo de exportaciones, afectando sectores clave como el automotriz y manufacturero.
  • Desajustes en las cadenas de suministro, impactando la producción regional.
  • Salida de inversiones extranjeras, con empresas buscando mercados más estables.
  • Pérdida de empleos, aumentando la presión social y fiscal.
  • Devaluación del peso, encareciendo las importaciones y reduciendo el poder adquisitivo.

El verdadero problema: un gobierno mexicano inactivo

Mientras Estados Unidos impone estas medidas proteccionistas, el gobierno de México parece más ocupado en proteger a las organizaciones criminales que operan dentro del país que en negociar una solución efectiva. En lugar de tomar medidas para mitigar el impacto económico, la administración federal ha optado por una estrategia de inacción, permitiendo que el país se adentre en una crisis económica sin precedentes.

El descuido en el combate al narcotráfico y la migración irregular ha servido como pretexto para que Estados Unidos justifique esta guerra comercial. La falta de políticas contundentes para frenar el tráfico de fentanilo y la crisis migratoria ha puesto a México en una posición vulnerable ante Washington. Ahora, el país enfrenta no solo una crisis de seguridad, sino también un conflicto económico que podría sumirlo en la recesión.

El futuro del comercio en Norteamérica

La administración de Donald Trump ha demostrado que no tiene reparos en sacrificar la estabilidad económica del bloque con tal de avanzar su agenda proteccionista. Aunque México y Canadá recurrirán a los mecanismos de solución de controversias del T-MEC, estos procesos podrían tardar años en resolverse. Mientras tanto, las represalias comerciales serán inevitables y la incertidumbre seguirá afectando la inversión y el crecimiento económico.

Para Edmundo Enciso Villarreal, la única solución es que México tome medidas inmediatas para proteger su economía, diversificando mercados y fortaleciendo sus relaciones comerciales con otros bloques. Sin embargo, sin una estrategia clara del gobierno, el panorama luce complicado.

“La integración comercial de Norteamérica ha sido una de las claves de su éxito; desmantelarla solo beneficiará a aquellos que buscan debilitar su liderazgo global”, advierte el experto en comercio exterior.

El conflicto apenas comienza, pero si no se toman medidas efectivas, México corre el riesgo de ser el mayor perdedor en esta batalla comercial.