
La histórica concentración de infraestructura en la Ciudad de México ha generado múltiples desafíos de abastecimiento y desarrollo para regiones más alejadas del centro del país. Frente a ello, la descentralización de la energía eléctrica se presenta como una estrategia clave para el crecimiento económico y social de México, según expertos del sector energético.
Alejandro Fajer, director de operaciones de Quartux, destacó que con los avances tecnológicos en generación y almacenamiento de energías limpias, es posible llevar soluciones energéticas a zonas antes inaccesibles. “La descentralización es una gran estrategia para mitigar riesgos, mejorar la seguridad energética y fortalecer las regiones fuera del centro”, señaló.
El almacenamiento de energía es uno de los elementos más prometedores en este proceso. Actualmente, un alto porcentaje de las centrales eléctricas mexicanas se ubican en el centro del país, dejando amplias zonas con cobertura limitada, como lo demuestra un mapa del Conacyt. Sin embargo, empresas mexicanas como Quartux están revolucionando el panorama.
Esta firma utiliza inteligencia artificial para gestionar sistemas de baterías de ion litio que almacenan energía cuando su costo es más bajo. Esto no sólo reduce el gasto de luz hasta en un 40% para usuarios con tarifas GDMTH de la CFE, sino que también protege contra apagones, lo cual es vital para hospitales, industrias y cadenas de frío.
Además, estas soluciones contribuyen significativamente a reducir la huella de carbono, lo que las convierte en una herramienta esencial para industrias con altos requerimientos eléctricos, como la manufactura o el sector hotelero.
La descentralización, impulsada por tecnologías como el almacenamiento energético, facilita la integración de fuentes renovables como paneles solares o energía eólica, lo que refuerza la autonomía energética del país y disminuye la dependencia de los combustibles fósiles.
En el contexto del T-MEC y la competencia global, es fundamental que México apueste por proyectos autosustentables que beneficien a todas sus regiones, más allá de las grandes ciudades. La energía descentralizada puede ser el motor que impulse nuevas oportunidades, desarrollo regional y sostenibilidad a largo plazo.