Cuidado con la sal: los riñones lo agradecerán

Durante marzo, el Mes Nacional del Riñón nos recuerda la importancia de cuidar estos órganos vitales. Una de las claves para mantenerlos saludables está en la cocina: moderar el consumo de sal.

El Dr. Ivan Porter II, nefrólogo de la Clínica Mayo, advierte que añadir demasiada sal a la dieta puede elevar el riesgo de enfermedad renal crónica. “Cuando los riñones tienen problemas para filtrar desechos y toxinas de la sangre, hablamos de enfermedad renal crónica”, explica el especialista.

El sodio, mineral presente en la sal de mesa (una combinación de sodio y cloruro), es necesario para el cuerpo, pero su exceso tiene consecuencias. Los riñones regulan los niveles de sodio, y cuando se acumula en la sangre, el corazón debe trabajar más, lo que incrementa la presión arterial y, con ello, el riesgo de enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales y padecimientos renales.

El problema es que el sodio está en todas partes: desde comidas procesadas hasta condimentos. “Es muy fácil que consumamos mucho más sodio del que necesitamos, incluso en niveles peligrosos”, alerta Porter.

La recomendación diaria es de 2.300 miligramos de sodio, lo equivalente a una cucharadita de sal. Para reducir su consumo, se sugiere leer las etiquetas de los alimentos y cambiar el salero por sazonadores sin sal.

Aunque la enfermedad renal crónica puede parecer irreversible, en fases tempranas es posible detener o incluso revertir el daño. Pero si avanza, las opciones se reducen a tratamientos como la diálisis o el trasplante.

Así que en este Mes del Riñón, un pequeño cambio en tu dieta puede marcar una gran diferencia en tu salud a largo plazo.