
La comunidad académica y estudiantil de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) ha alzado la voz contra lo que consideran un caso flagrante de plagio en la divulgación histórica oficialista. En un pronunciamiento reciente, denuncian que el proyecto gubernamental “Sembrando Historia”, liderado por Pedro Agustín Salmerón Sanjinés y con la participación activa de Francisco Ignacio Taibo Mahojo, presenta similitudes innegables con el Laboratorio de Imaginación Histórica (LABIH), una iniciativa independiente de la comunidad académica que ha trabajado en la promoción del pensamiento crítico y la difusión histórica desde 2022.

El señalamiento no es menor. La ENAH, institución emblemática en la formación de antropólogos e historiadores en México, ha sido testigo del esfuerzo de estudiantes y egresados que han consolidado espacios de divulgación como El Temporal: Gaceta de Imaginación Histórica, Brotes de Historia y La Parcela del Devenir. Estos proyectos han servido para fomentar el análisis y el debate en torno a la historia, sin la necesidad de un aparato oficialista que se apropie del conocimiento sin reconocimiento ni ética.
Falta de transparencia y exigencia de respuestas

En su comunicado, la comunidad de la ENAH hace un llamado directo a los gestores del programa Sembrando Historia para que aclaren si han tomado inspiración del proyecto LABIH y, en caso de confirmarlo, otorguen el reconocimiento debido a sus creadores. Es una exigencia legítima en un entorno donde la honestidad intelectual debería ser un principio rector, más aún cuando los responsables del presunto plagio ostentan cargos en instituciones clave para la difusión cultural, como el Fondo de Cultura Económica.
La crítica se extiende también a las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que en su momento brindaron apoyo al LABIH. Ahora, cuando el proyecto es aparentemente replicado sin crédito, guardan silencio. La omisión de una postura clara solo profundiza la desconfianza hacia un organismo que, en teoría, debería velar por la integridad de la producción y difusión del conocimiento histórico en México.
Una batalla por la ética en la divulgación
El problema aquí no es únicamente la apropiación indebida de ideas, sino el mensaje que se envía a las nuevas generaciones de historiadores y divulgadores: que el trabajo independiente e intelectual puede ser arrebatado y maquillado bajo el sello del poder sin consecuencias. Esto no solo desincentiva la creatividad y el esfuerzo académico, sino que refuerza la idea de que el mérito intelectual puede ser desplazado por la conveniencia política.
Frente a esta situación, la comunidad de la ENAH ha hecho un llamado a la movilización y a la difusión del caso. La defensa de la labor intelectual es una causa que va más allá de los muros de la institución y que interpela a todos aquellos que creen en la importancia de una divulgación histórica honesta, libre de manipulación oficialista.
¿Responderán los responsables? ¿O se sumará este caso a la larga lista de atropellos contra la ética académica en México? La comunidad está atenta, y no parece dispuesta a guardar silencio.