El “Termómetro Laboral” de OCC Mundial reflejó cómo el miedo al fracaso en el ámbito laboral genera efectos que afectan profundamente a los trabajadores en México. Según el reporte de la semana 227 (del 25 de octubre al 1 de noviembre), se encuestó a 1,288 personas, destacando que la ansiedad y los bloqueos mentales son las consecuencias más reportadas. En este sentido, el 63% de los encuestados afirmó que la inseguridad por fracasar en sus tareas diarias aumenta sus niveles de estrés y deteriora su capacidad de concentración, impactando negativamente su productividad.
Aparte de la ansiedad, el 27% de los trabajadores indicó que el miedo al fracaso les conduce a aplazar actividades, comprometiendo su eficiencia y calidad de entrega. No obstante, una minoría, el 8%, mencionó que este miedo puede actuar como un motor para mejorar. Solo el 2% sostuvo que este sentimiento no afecta su desempeño en el entorno laboral.
Causas del miedo al fracaso
La encuesta de OCC Mundial también indagó en las causas de esta preocupación. Una mala cultura organizacional fue señalada por el 40% de los encuestados como el principal detonante, describiendo que ambientes laborales deficientes en apoyo y valores corporativos intensifican el temor a fallar, lo cual afecta la satisfacción y retención del personal.
La falta de liderazgo fue mencionada por el 36%, destacando cómo la ausencia de guías efectivos genera inseguridad en los trabajadores, limitando su confianza para resolver problemas. Además, el 17% apuntó a las críticas negativas como otro factor clave, explicando que los comentarios destructivos erosionan su confianza y autoeficacia. Finalmente, el 7% mencionó la alta competitividad laboral como causa de su estrés; la constante comparación con otros les hace temer no cumplir las expectativas del mercado, lo que intensifica su ansiedad.
Vacantes y perspectivas laborales
Durante el mismo periodo, OCC Mundial reportó que había más de 174,000 vacantes activas en su plataforma, lo cual refleja un mercado laboral en expansión, pero también sumamente competitivo. Este entorno impulsa a los trabajadores a enfrentar presiones crecientes y resalta la necesidad de fomentar ambientes laborales positivos y apoyo en la gestión emocional.