Para conseguir un descanso verdaderamente reparador, la cantidad de horas de sueño resulta menos importante que su calidad, explica el cardiólogo Dr. Virend Somers, especialista en trastornos del sueño de Mayo Clinic. Según el experto, aunque cada persona tiene necesidades de descanso distintas, la mayoría necesita entre siete y ocho horas de sueño. No obstante, lo más importante es la calidad de ese descanso y el desarrollo de buenos hábitos de sueño.
Consejos prácticos para un mejor descanso
El Dr. Somers enfatizó la importancia de crear un ambiente oscuro en la habitación para favorecer un sueño profundo y sin interrupciones. La clave es eliminar cualquier fuente de luz, incluyendo pantallas de televisión, computadoras, teléfonos y relojes con luces LED. “Evita las luces brillantes y no mires tu teléfono, porque la luz que emiten afecta tu melatonina, la hormona que regula el sueño”, señaló.
El cardiólogo también destacó que para conciliar un sueño de calidad es fundamental reducir al máximo las fuentes de estímulos en las horas previas al descanso. “Minimiza el consumo de alcohol, el ejercicio intenso, la exposición a la luz y otros estímulos externos al menos dos horas antes de dormir”, aconsejó Somers, añadiendo que el dormitorio debe reservarse para el descanso y la intimidad, evitando actividades laborales u otras distracciones.
Aunque el ejercicio físico puede mejorar la calidad del sueño, realizarlo cerca de la hora de acostarse eleva el nivel de excitación del cuerpo, lo que puede dificultar el proceso de conciliación del sueño. Además, Somers sugiere mantener un horario constante para acostarse y levantarse, ya que esto refuerza el ciclo natural de sueño-vigilia del organismo.
En resumen, priorizar la calidad del sueño y establecer una rutina regular permite no sólo dormir mejor, sino también mejorar la salud en general y el bienestar diario.