Pemex ante el reto de la descarbonización

En el contexto de una creciente presión ambiental global, Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta el desafío de alinearse con las tendencias internacionales hacia la reducción de emisiones de carbono, apuntando hacia la meta de Net Zero en las próximas décadas. Durante el Encuentro Técnico y de Negocios de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicios (AMPES), Galo Galeana, director general de Biomovilidad.org, enfatizó la necesidad de que Pemex diseñe una estrategia integral para la descarbonización del sector transporte, considerando un amplio espectro de tecnologías, incluyendo los biocombustibles.

Galeana subrayó la importancia de adoptar biocombustibles como el bioetanol en México, no sólo por sus beneficios ambientales sino también por el potencial de impulsar una nueva agroindustria basada en el aprovechamiento de excedentes de caña de azúcar. Este enfoque podría revitalizar el campo mexicano y contribuir significativamente a la economía local.

El Plan de Sostenibilidad recientemente presentado por Pemex marca un avance al incluir el uso de combustibles sostenibles para la aviación y considerar el bioetanol como un componente clave en futuras mezclas de combustibles. Sin embargo, Galeana insta a una mayor ambición, sugiriendo que el bioetanol no solo se utilice como aditivo en gasolinas sino también como un combustible principal en el largo plazo.

La adopción del bioetanol, además, se presenta como una estrategia para reducir la dependencia de importaciones de aditivos como el MTBE, del cual México importó el 79% de su suministro de Estados Unidos el último año. A nivel internacional, el bioetanol ha establecido un récord de producción, reafirmando su viabilidad como solución para una movilidad más sostenible y como una pieza clave en el cumplimiento de compromisos ambientales internacionales, como los estipulados en el T-MEC, la Agenda 2030, y el Acuerdo de París.

El llamado a Pemex es claro: diseñar una hoja de ruta que trascienda administraciones gubernamentales y se enfoque en una transición energética sostenible, donde el bioetanol y otros biocombustibles jueguen un papel fundamental en la reducción de la huella de carbono del transporte, alineando a México con las tendencias globales hacia un futuro más verde.