Tope de precios a la gasolina: ¿puerta abierta al huachicol?

La posibilidad de imponer un precio máximo a la gasolina en México ha generado preocupación entre especialistas y empresarios del sector energético. De acuerdo con Ramses Pech, fijar un tope no resolvería el problema del alto costo del combustible, ya que el 52% de su precio depende de factores del mercado. Además, expertos advierten que esta medida podría incentivar el comercio ilegal de gasolina y diésel, conocido como huachicol.

Según datos de Onexpo, uno de cada tres litros de combustible vendidos en México proviene de fuentes ilícitas, lo que evidencia el impacto del mercado negro en la industria. Además, cifras revelan que en 2024, el 33.4% del combustible en circulación está adulterado. A pesar de esta problemática, el número de delincuentes sentenciados por robo de combustible sigue siendo bajo, con apenas cuatro condenas en 2023 y ninguna registrada en lo que va del 2024.

¿Por qué un precio tope podría agravar el problema?

El análisis de Ramses Pech detalla que el precio de la gasolina en México está determinado por costos de importación, almacenamiento, transporte e impuestos, elementos que las estaciones de servicio no pueden modificar. Sin embargo, si se establece un precio máximo, cerca de 3 mil estaciones podrían enfrentar márgenes de ganancia insostenibles, viéndose obligadas a recurrir a combustibles de origen ilícito para mantenerse a flote.

Expertos como Alejandro Montufar, director de PetroIntelligence, coinciden en que limitar el precio podría fomentar el contrabando y la adulteración del combustible. “Las estaciones tendrán como única opción bajar costos de operación, lo que abre la puerta a la venta de huachicol”, advirtió.

Por su parte, Marcial Díaz Ibarra, consultor de QUA Energy, señaló que los grupos delictivos han encontrado nuevas formas de introducir combustibles ilegales en el mercado, lo que dificulta la trazabilidad del producto y complica la solución al problema.

Alternativas para bajar el precio de la gasolina

En lugar de un tope de precios, Ramses Pech propone estrategias para reducir el costo del combustible sin fomentar el mercado negro:

  1. Almacenes satelitales: La creación de centros de almacenamiento cercanos a las estaciones de servicio reduciría los costos de transporte y seguridad.
  2. Descuentos en las TAR: Pemex podría ofrecer mejores precios en las Terminales de Almacenamiento y Reparto (TAR), lo que beneficiaría a comercializadores y distribuidores.
  3. Negociaciones con refinerías extranjeras: Eliminar intermediarios en la compra de gasolina importada permitiría acceder a mejores precios en el mercado internacional.

El control del precio de la gasolina en México no se soluciona con topes impuestos por el gobierno, sino con estrategias logísticas y comerciales que optimicen los costos de distribución y fomenten la competencia legal en el sector. Sin estas medidas, la fijación de un precio máximo podría agravar el problema del huachicol y aumentar el riesgo para consumidores y empresarios.