La Asociación para la Movilidad con Biocombustibles en México sigue trabajando para informar y educar sobre los beneficios del etanol como alternativa sostenible y económicamente viable para el sector transporte. Con un enfoque en la importancia de la regulación y la adopción generalizada, Galo Galeana y su equipo buscan crear conciencia sobre el potencial del etanol en la reducción de la huella ambiental del país y su impacto positivo en la economía y la sociedad.
En una conversación exclusiva con Galo Galeana, miembro destacado de la Asociación para la Movilidad con Biocombustibles en México, ahondamos en los esfuerzos de esta asociación sin fines de lucro para promover el uso de biocombustibles líquidos y sólidos en el país. Su objetivo es claro: buscar alternativas sostenibles y amigables con el ambiente para el sector transporte y las fuentes fijas.
La Asociación, surgida en febrero-marzo del 2022, reúne a profesionales de diversas áreas, desde economistas y abogados hasta ambientalistas en una meta común: impulsar el uso de biocombustibles en México.
“Hemos logrado varios éxitos, aunque no estamos satisfechos, pues aún falta una adopción generalizada del bioetanol en el país”, comenta Galeana, quien se ha concentrado en desmentir mitos y tergiversaciones relacionadas con el etanol, informando y educando a una audiencia cada vez más interesada en esta alternativa sostenible.
Uno de los mitos que han abordado es la creencia de que el etanol tiene un mayor potencial de formación de ozono. La realidad es que estudios del Instituto Mexicano del Petróleo han demostrado que no existe una diferencia significativa en las emisiones entre el etanol y el MTB, el oxigenante que actualmente se utiliza en México.
Otro mito que han enfrentado es que los autos en México no están diseñados para tolerar mezclas de hasta el 10% de etanol. Diversos estudios internacionales han demostrado que los vehículos fabricados en este siglo pueden tolerar incluso hasta el 15% de etanol en los combustibles, asegura Galeana.
Cuando abordamos el tema de la infraestructura necesaria para utilizar mezclas de etanol en las gasolinas, Galeana fue claro: “La infraestructura ya está lista y regulada. Los tanques de almacenamiento, las estaciones de servicio y los centros de distribución ya pueden manejar estas mezclas sin problemas”.
En cuanto a los avances y desafíos para implementar el etanol como oxigenante en todo el país, Galeana menciona que la última sesión de trabajo para modificar la norma fue convocada en febrero de 2020, pero debido a la pandemia, no se ha logrado avanzar en la adopción generalizada del etanol.
La CRE (Comisión Reguladora de Energía) y la Secretaría de Energía tienen un papel fundamental en este proceso, pues es necesario modificar la norma (NOM 016) para permitir mezclas de etanol de hasta el 10% en las gasolinas. Galeana hace un llamado a la autoridad reguladora y a la próxima administración para analizar la norma en todas sus aristas y aprovechar los beneficios del etanol.
Potencial
En cuanto a la viabilidad del cultivo de materias primas para la producción de etanol, Galeana resalta el potencial de la caña de azúcar en México. “El país cuenta con tierras cultivables y producción suficiente para abastecer la demanda de etanol sin afectar otros cultivos o causar deforestación”, asegura.
Galeana destaca que la implementación del etanol como oxigenante tendría un impacto ambiental positivo al disminuir las emisiones tóxicas y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, subraya que el etanol ha sido históricamente más barato que el MTB, y su producción a partir de cultivos evita la escalada de precios durante aumentos en el costo del petróleo.