Las tecnologías relativamente nuevas como la automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés), minería de procesos, blockchain, Inteligencia Artificial (IA), computación cuántica y análisis de datos están avanzando a una velocidad acelerada y, en consecuencia, los procesos digitales se fortalecen en el sector financiero.
La banca abierta, u open banking, modelo en el que se intercambia información para ofrecer mayores opciones de servicios financieros a los usuarios, es apenas un atisbo de la innovación tecnológica que pertenece a las finanzas integradas, es decir, la integración de servicios y productos financieros ofrecidos por un solo proveedor.
“El término finanzas integradas se refiere al uso de herramientas o servicios financieros, como préstamos, pagos o contratación de seguros, entre otros, por parte de un proveedor no financiero. Esto quiere decir que no necesariamente provienen de un banco. Por ejemplo, una tienda departamental que ofrece un seguro de punto de servicio para sus productos”, explica Nick Grassi, Co-Ceo de Finerio Connect, startup mexicana de open banking y finanzas integradas.
De acuerdo con el estudio Open banking en México: diagnóstico y tendencias (2020), realizado por Finerio Connect, el 90% de los ejecutivos encuestados considera que el open banking representa una gran oportunidad para sus empresas, lo que refleja una actitud positiva sobre este movimiento.
Las finanzas integradas agilizan los procesos financieros para los consumidores. En el pasado, para realizar una compra grande, era necesario que los usuarios acudieran físicamente a una sucursal bancaria para solicitar un crédito o un seguro para un producto. Ahora, con las finanzas integradas, pueden hacerlo desde un dispositivo móvil.
Por otra parte, la agregación de nuevos usuarios en los bancos tradicionales es actualmente un tema complejo, pues a causa de un sistema financiero accidentado en el pasado (mismo que causó severas crisis), las instituciones dudan en la posibilidad de ofrecer sus servicios a los solicitantes, lo que ha ocasionado que lleguen a menos usuarios.
Mudar hacia un modelo de servicios financieros digitales representa un cambio para todas las partes interesadas. Para las instituciones, las ventajas aparecen en el aumento de sus clientes; mientras que para los usuarios, se traduce en una mayor inclusión financiera.
Lo que el avance tecnológico representa para los bancos es la necesidad de modificar su naturaleza tradicionalmente cautelosa para reaccionar de manera estratégica. El riesgo de no hacerlo es que las empresas que se sumen y sean lideradas por estas tecnologías -ya sean instituciones financieras o no-, se fortalezcan, se vuelvan más competitivas y las entidades que se resistan se queden rezagadas.
En Europa, según el informe Innovate Finance, el Reino Unido generó una inversión con valor de 5 mil 700 millones de dólares en el primer semestre de 2021, y los inversores buscan respaldar a las nuevas empresas disruptivas que revolucionan el financiamiento al consumo.
Con modelos financieros innovadores, se abre el acceso a la información de la industria financiera, usualmente, a través de interfaces de programación de aplicaciones (APIs, por sus siglas en inglés). Las APIs permiten a los desarrolladores incorporar información y servicios a terceros en sus aplicaciones de manera sencilla y segura.
“Si pensamos en que las entidades que ofrecen servicios financieros mantienen plataformas arcaicas, es fácil conocer el porqué de la disminución en el número de personas que se integran a sus modelos. Por supuesto, esto no es culpa de alguien en particular, sino más bien el resultado de diversos escenarios políticos y económicos. Es hora de actuar”, concluye Grassi.